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jueves, 28 de febrero de 2013

La impulsividad en los niños. ¿Cómo vencerla?





Las conductas impulsivas son parte natural de la vida de cualquier niño. Sin embargo, algunos son más impulsivos que otros, por tanto, necesitan asistencia adicional de sus padres y educadores para aprender a controlarse. Les presento las más eficaces estrategias para reducir la impulsividad en los niños.
Terapia conductista cognitiva
La terapia conductista cognitiva es una vía mediante la cual los padres pueden ayudar a un niño impulsivo. La idea es comenzar a trabajar juntos con un especialista en conducta que trata de lograr racionalmente que el menor comprenda por qué las conductas impulsivas no son buenas y qué consecuencias pueden tener para las personas.
En esta terapia, los padres son muy útiles pues deben reforzar las conductas positivas premiando a sus hijos cuando se porten loablemente. En el propio proceso, los niños terminan aprendiendo a auto-controlarse y también a manejar aquellos pensamientos que los llevan a comportamientos impulsivos.

Actividades físicas
Si la energía infantil no es liberada, es probable que se desarrollen niños impulsivos. Los chicos necesitan 45 minutos de entrenamiento físico diario, lo cual ayuda a que toda la energía que tienen se canalice adecuadamente. Deja que tu hijo corra alrededor de la casa, camine un poco, escale elevaciones, participe en competencias deportivas, etc. Mientras más ejercicios haga un menor en el día, menos conductas impulsivas tendrá.



Terapia familiar
Asistir a terapia familiar es una excelente manera de lograr que tanto tú como tu hijo aprendan a lidiar con las conductas impulsivas. El terapeuta será capaz de llegar a la raíz del problema. Por ejemplo, un niño puede sentirse descuidado si trabajas muchas horas diarias y apenas te ve, o si has tenido un nuevo hijo y sólo prestas atención al recién nacido. Entonces expresará su malestar impulsivamente. Conversar con un especialista les ayudará a poner las cosas en perspectiva y manejar los problemas.


Medicamentos
Los medicamentos sólo deben ser usados como una última opción, cuando son absolutamente necesarios y no quedan más alternativas naturales. Muchas medicinas que sugieren los médicos incrementan la atención en los niños y reducen la hiperactividad, lo que ayuda a controlar las conductas impulsivas, pero pueden traer alguna respuesta secundaria inesperada. Por tanto, sólo en casos extremos se recomienda la aplicación de esta estrategia y siempre asesorados por un pediatra.
Es importante recordar que la personalidad infantil está en formación y requiere de todo nuestro apoyo para poder, como una vez lo hicimos nosotros mismos, aprender a controlar el pensamiento y las respuestas impulsivas. Estas estrategias para reducir la impulsividad en los niños serán muy útiles si son aplicadas con sistematicidad y mucho afecto.

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