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viernes, 8 de marzo de 2013


Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón

(21 de febrero de 1794 – 21 de junio de 1876)

 Fue un político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones. A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a realistas, insurgentes, monárquicos, republicanos, liberales y conservadores. Santa Anna fue también gobernador de Yucatán en 1824. Su figura es una de las más polémicas en la historia mexicana.

Fue hijo del notario Antonio López de Santa Anna y su esposa Manuela Pérez de Lebrón. Nació en Xalapa, Veracruz. Ambos padres deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un joven de ascendencia española. Sin embargo, por su carácter aventurero y sus deseos de sobresalir, consiguió ingresar en el Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años, el 6 de julio de 1810 como simple cadete en el Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz. En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo y Costilla pero, debido a la derrota de Hidalgo en la Batalla de Puente de Calderón, fue enviado hacia el norte

Su carrera política empezó en 1821, fecha en el que el Plan de Iguala de Iturbide consagró la independencia de la Nueva España, siendo su instructor Joaquín de Arredondo. Iniciaría entonces una larga serie de imprevisibles adhesiones ideológicas. Enviado por el gobierno colonial a dar auxilio a la ciudad de Orizaba que estaba sitiada por los rebeldes, los derrotó y fue condecorado por el virrey y ascendido a teniente coronel. Fue nombrado comandante del puerto de Veracruz pero horas después se levantó en armas contra el gobierno realista, uniéndose a los insurgentes gracias a la persuasión de José Joaquín de Herrera. Fue derrotado en esa plaza pero se hizo fuerte en Córdoba.

Bajo su mandato en Veracruz, logró obligar a los españoles a retroceder hasta el fuerte de San Juan de Ulúa, último reducto de éstos.

La transformacion de Nueva España a México no iba a ser fácil. España desconoció hasta 1836 la independencia de su colonia y esto hizo que aumentara el fervor de libertad en las principales ciudades. Luego de firmar Iturbide los Tratados de Córdoba, en los que México se declaró independiente, empezó la polarización de políticos y militares mexicanos. Había en el recién nombrado congreso constituyente representantes monárquicos o borbonistas, republicanos e iturbidistas.

Durante los primeros años del México independiente, los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le dieron la posibilidad de ponerse del lado del gobierno de forma sorprendente, puesto que la participación de su hermano Manuel del lado rebelde, hacía suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en Veracruz para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio obtenía el gobierno de Veracruz.

A su regreso a Veracruz, al ser liberado por los texanos ("texans"), Santa Anna es destituido como presidente. Cuando los ciudadanos franceses le exigieron al gobierno mexicano una indemnización por los daños causados por las tropas de Santa Anna años atrás en sus negocios, no hubo respuesta por parte del gobierno mexicano, así que en 1838 mandaron una expedición que bloqueó a Veracruz y ocupó la plaza hasta que el daño fuera pagado.

Cuando en 1843, Estados Unidos planteó la incorporación de Texas a su territorio, Santa Anna intentó zafarse de la escena política para no sufrir descalificaciones de la opinión pública. Puso de pretexto la muerte de su esposa Inés García para retirarse de la presidencia mientras pasaba el furor público por la anexión de Texas a los Estados Unidos.

En ausencia de Santa Anna, la situación interna en México estaba repartida entre hostilidades y caos político. Los Estados Unidos aprovecharon la situación para enviar sus tropas al río Bravo. Aunque el límite de Texas en ese entonces era el río Nueces, unos kilómetros más al norte. Este movimiento ofensivo por parte de los Estados Unidos presionó y orilló al gobierno mexicano a defender la soberanía del territorio nacional, y dio así inicio la guerra entre estos dos países

Tras la derrota, Santa Anna abandonó el país después de renunciar a la presidencia que había ocupado durante la guerra. El hambre, el descontento y las pugnas políticas hicieron caer en crisis al país. Los conservadores fueron imponiéndose en la mayor parte de los estados y reclamaron de nuevo el regreso de Santa Anna.

Falleció la noche del jueves 21 de junio de 1876 y fue inhumado en el viejo Panteón del Tepeyac, de la Villa de Guadalupe-Hidalgo.


 

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