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sábado, 2 de marzo de 2013

DÉFICIT DE ATENCIÓN



Término muchas veces confundido con hiperactividad, y ésta a su vez, confundida con energía, actividad normal de la infancia. Los mismos profesores tienen tendencia a decir que algunos de sus alumnos son hiperactivos, esto como sinónimo de mucha actividad. Se ha manoseado demasiado el término, y muchos maestros confunden los términos, o los usan de escudo y pretexto tras de un alumno que no tenga nada de ello y sí quizá algún desorden emocional o una necesidad educativa diferente. No se vale confundir la gimnasia con la magnesia. O decir que existen los niños “índigos” o “cristal” sin ninguna base o prueba científica. Estos niños llamados de manera romántica índigos, tienen características típicas de déficit de atención.

Es importante comprender que puede haber dos tipos diferentes de hiperactividad, uno ocasionado por una situación particular, puede terminarse cuando la situación cambia o el niño aprende a manejar la tensión. El otro es ocasionado por diferencias neurológicas en el cerebro del niño. Y es por ello que requieren medicamento, siempre dirigido y vigilado por un especialista. El desbalance químico cerebral sí existe (aunque Tom Cruise con su cienciología lo niegue).

La distracción en la hiperactividad es muy común, pero no aquella como resultado de actividades tediosas, aburridas. Puede ser algo muy interesante o divertido, pero el niño con déficit de atención filtra cada uno de los sonidos o vistazos de su alrededor, de manera que no enfoque la actividad central en la que se esté desempeñando.

Y también existe la hiperactividad con déficit de atención. Encontré algunas de sus características:

1. Casi siempre nervioso, moviendo sus manos o pies o retorciéndose en la silla.
2. Tiene dificultad de permanecer sentado cuando es requerido a hacerlo.
3. Siempre se distrae por estímulos extraños.
4. Tiene dificultad de esperar turnos en juegos o situaciones de grupo.
5. Siempre deja escapar respuestas antes de que la pregunta haya sido terminada.
6. Tiene dificultad para seguir instrucciones de otros.
7. Tiene dificultad en poner atención a tareas o actividades de juego.
8. Siempre pasa de una actividad a otra sin terminar ninguna.
9. Tiene dificultad para jugar en silencio.
10. Siempre interrumpe y se mete con otros.
11. Siempre habla demasiado
12. Casi nunca escucha lo que se le dice.
13. Casi siempre pierde cosas que son necesarias para tareas o actividades de la casa o escuela.
14. Siempre se encuentra en actividades físicas peligrosas sin considerar las posibles consecuencias.

¿Han leído algo respecto a los niños índigo? ¿Se parecen o no las características? Claro que se parecen. 

Y existen opiniones encontradas acerca de si medicar o no. Yo no soy médico ni mucho menos psiquiatra, es por ello que debemos dejar en manos de especialistas preparados y serios esta decisión. Y como maestros debemos de tomar más en serio estas palabras: hiperactividad y déficit de atención, no aplican a todos los casos. Y tampoco estamos capacitados para diagnosticarlo, sin embargo, tenemos la obligación de observar a los alumnos y ante la sospecha bien fundamentada de alguno de estos casos, dar aviso a los padres para que su hijo pueda ser canalizado a la instancia donde puedan darle la atención que necesite. Y a veces quienes requieren mayor ayuda son los padres de familia que no aceptan que su hijo pueda no ser “perfecto”.

Cabe señalar una diferencia con la palabra hiperquinesia, también conocida como TDA, que pareciera ser casi lo mismo que la hiperactividad con déficit de atención. Un niño hiperquinético tiene las siguientes características:

Suelen ser descuidados e impulsivos, propensos a accidentes y pueden tener problemas de disciplina por no seguir normas, pero no lo hacen por desafiar a la autoridad sino por una falta de premeditación. 

Su relación social con los adultos suelen ser desinhibidas, imprudentes y sin reservas. Son impopulares con otros niños y pueden llegar a convertirse en niños aislados. Es frecuente la presencia de un déficit cognoscitivo y son extraordinariamente frecuentes los retrasos específicos en el desarrollo motor y del lenguaje.

Son complicaciones secundarias un comportamiento antisocial y una baja autoestima. Los trastornos hiperquinéticos se presentan en varones con una frecuencia varias veces superior a la que se presentan en el sexo femenino. Es frecuente que se acompañe de problemas de lectura o del aprendizaje.





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