Es habitual que los adolescentes piensen acerca de sí
mismo, incluso aquellos que alcanzan el pensamiento formal pueden perder su
objetividad lógica. Los adolescentes se preocupan por cómo los perciben los
demás, tratan de catalogar sus sentimientos conflictivos acerca de sus padres,
la escuela y los amigos íntimos; piensan en profundidad y la meditación sobre
las experiencias subyacen a la reflexión y a la conciencia de sí mismo.
Estas nuevas aventuras introspectivas forman parte de la
expansión de la conciencia de sí mismo. Sin embargo, a menudo están
distorsionadas por el egocentrismo adolescente. Suele considerarse a sí mismos
como muchos más significativos en el plano social de lo que son en realidad.
Los adolescentes más jóvenes tienden a suponer lo que los otros pueden estar
pensando.
Las ideas falsas reciben el nombre de fábula de
la invencibilidad, la idea de que ellos no pueden ser
vencidos y ni siquiera dañados por algo que podría derrotar a cualquier mortal.
También están convencidos de que ellos nunca serán victimas, como los demás, de
las conductas peligrosas que asumen.
Un segundo desliz lógico es la fábula
personal: los adolescentes imaginan que sus
propias vidas son únicas, heroicas o incluso legendarias.
La tercera conclusión falsa es la audiencia
imaginaria, la cual surge de la suposición de
muchos adolescentes de que las demás personas están tan atentamente interesadas
en ellos como lo están ellos mismo. Como consecuencia empieza a fantasear
acerca de cómo reaccionan los otros a sus apariencias y su conducta.
Los jóvenes no se sienten cómodos en el mundo social más
amplio, por esos algunos se obsesionan con su imagen ante de aparecer en
público.
Las diversas formas que pueden tomar el egocentrismo
adolescente son las formas más obvias del pensamiento intuitivo y emociona.
Las conclusiones intuitivas.
El pensamiento intuitivo es evidente no sólo cuando los
adolescentes se juzgan a sí mismos, sino también cuando están comprometidos en
tareas más abstractas. La ventaja de este tipo de pensamiento es que es rápido
y emocional.
El pensamiento intuitivo como una herramienta intelectual.
Los adolescentes mayores (16años) estuvieron mejor
preparados que los del grupo más joven para usar el razonamiento analítico, al
ver problemas obvios incluso en la investigación que favoreció sus propios antecedentes.
La economía cognitiva es exactamente lo que se podría
esperar mientras aumenta la base de conocimiento, mientras el pensamiento se va
agilizando y tanto el análisis como la intuición están más disponibles de modo
simple y eficaz. Es tal vez más eficiente utilizar el pensamiento formal y
analítico en la clase de ciencia y el pensamiento emocional y experencial en la
vida personal de cada uno. Mientras el cerebro funcionan con más rapidez y de
una manera más coordinada, una persona puede pensar de manera más vigorosa,
pero esa fuerza se puede aplicar en muchas direcciones.
Aunque El pensamiento operacional formal no se usa
universalmente, puede ser universalmente posible después de los 11años. Los
adolescentes no necesariamente piensan en forma lógica; en realidad, el modo de
pensar intuitivo, espontáneo y sencillo es con frecuencia su primera reacción,
sobre todo para los temas en los que están personalmente implicados. La
combinación de ambas formas de pensamiento es una manera armoniosa, no solo posible
sino deseable. Con la maduración cerebral los adolescentes pueden convertirse
en grandes pensadores utilizando las habilidades existentes, el nuevo
razonamiento hipotético-deductivo y una intuición más eficaz y más rápida.
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