La mala alimentacion puede generar falta de atención
El incremento de conservantes, aditivos y grasas en la dieta occidental, junto con la creciente ausencia de importantes nutrientes, tiene efectos nocivos en el funcionamiento del cerebro y puede explicar el aumento de enfermedades mentales como la depresión, la falta de atención, la esquizofrenia y el alzheimer. Así lo consideran dos estudios realizados en el Reino Unido atendiendo a la evolución de la dieta en los últimos cincuenta años.
La Fundación para la Salud Mental y la organización Sustain han presentado esta semana sendos estudios, realizados en cooperación entre las dos entidades, en los que se denuncia que los modernos métodos de producción y procesamiento de alimentos, junto con los hábitos alimenticios en exceso dependientes de la llamada «comida basura», están haciendo que la población consuma menos nutrientes de los que necesita y más sustancias, como hidratos de carbono, de las que requiere. Con ello aumentan los factores de riesgo de desórdenes mentales.
Dietas «pobres» y estados de ánimo
Los investigadores reconocen que en la aparición de las enfermedades mentales influyen importantes factores biológicos, sociales, psicológicos y medioambientales, pero también indican que la dieta es un elemento cada vez más presente. «Los alimentos pueden tener un inmediato y duradero efecto en la salud mental y en la conducta, por la manera en que afectan a la estructura y el funcionamiento del cerebro», según la investigación de Sustain, que subraya las crecientes evidencias científicas que vinculan una dieta pobre con problemas de conducta y estados de ánimo.
Grasas y vitaminas
Así, por ejemplo, el número de casos de depresión es mayor en los países donde hay un bajo consumo de pescado. La falta de ácido fólico, de ácido graso omega-3, de selenio y de aminoácido triptofano pueden desempeñar un importante papel en el desarrollo de esa enfermedad. Deficiencias en grasas esenciales y en vitaminas antioxidantes también se consideran un factor que contribuye a la esquizofrenia.
Según los investigadores, una dieta equilibrada puede ser clave para combatir la depresión, la esquizofrenia, la falta de concentración, la apatía y la pérdida de memoria. Por eso recomiendan dejar de lado la «comida basura», tan popular especialmente entre las nuevas generaciones, y reemplazarla con dietas que incluyan grasa de pescado; abundante verdura, que provee al organismo de ácido fólico; frutos secos, ricos en selenio, y alimentos con alta presencia de triptofano, uno de los aminoácidos presentes en las proteínas
La Fundación para la Salud Mental y la organización Sustain han presentado esta semana sendos estudios, realizados en cooperación entre las dos entidades, en los que se denuncia que los modernos métodos de producción y procesamiento de alimentos, junto con los hábitos alimenticios en exceso dependientes de la llamada «comida basura», están haciendo que la población consuma menos nutrientes de los que necesita y más sustancias, como hidratos de carbono, de las que requiere. Con ello aumentan los factores de riesgo de desórdenes mentales.
Dietas «pobres» y estados de ánimo
Los investigadores reconocen que en la aparición de las enfermedades mentales influyen importantes factores biológicos, sociales, psicológicos y medioambientales, pero también indican que la dieta es un elemento cada vez más presente. «Los alimentos pueden tener un inmediato y duradero efecto en la salud mental y en la conducta, por la manera en que afectan a la estructura y el funcionamiento del cerebro», según la investigación de Sustain, que subraya las crecientes evidencias científicas que vinculan una dieta pobre con problemas de conducta y estados de ánimo.
Grasas y vitaminas
Así, por ejemplo, el número de casos de depresión es mayor en los países donde hay un bajo consumo de pescado. La falta de ácido fólico, de ácido graso omega-3, de selenio y de aminoácido triptofano pueden desempeñar un importante papel en el desarrollo de esa enfermedad. Deficiencias en grasas esenciales y en vitaminas antioxidantes también se consideran un factor que contribuye a la esquizofrenia.
Según los investigadores, una dieta equilibrada puede ser clave para combatir la depresión, la esquizofrenia, la falta de concentración, la apatía y la pérdida de memoria. Por eso recomiendan dejar de lado la «comida basura», tan popular especialmente entre las nuevas generaciones, y reemplazarla con dietas que incluyan grasa de pescado; abundante verdura, que provee al organismo de ácido fólico; frutos secos, ricos en selenio, y alimentos con alta presencia de triptofano, uno de los aminoácidos presentes en las proteínas
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