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jueves, 7 de marzo de 2013

Los niños menores de tres años no deberían ver televisión.

Laobsesión con la pequeña pantalla, los ordenadores y los videojuegos provoca daños en el desarrollo infantil, apunta el trabajo.

Las autoridades sanitarias y los médicos deben prohibir que los menores de tres años vean televisión, y establecer límites sobre la cantidad de tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, según un estudio publicado por la revista médica británica Archives of Disease in Childhood.
El documento asegura que la obsesión de los menores con los videojuegos, la televisión y los ordenadores está causando daños en el desarrollo infantil, así como problemas físicos a largo plazo. El autor del estudio, el psicólogo Aric Sigman, expone que un adolescente británico promedio permanece seis horas diarias frente al ordenador o la televisión en casa —eso sin contar el tiempo que utilizan las pantallas en la escuela-. En Norteamérica, el promedio es de casi ocho horas. Pero, según Sigman, los efectos negativos en la salud comienzan después de que uno permanezca sentado más de dos horas, e incluyen riesgo de obesidad y problemas cardiacos a largo plazo.
Los tres primeros años de vida son críticos en el desarrollo del cerebro, explica Sigman, y los niños necesitan interactuar con sus padres, frente a frente, no con una pantalla de ordenador o televisión.
El profesor Mitch Blair, promotor para la salud en la universidad Royal College, copropietaria de Archives of Disease in Childhood junto al grupo de comunicación sanitaria British Medical Journal, asegura: “Los avances en la tecnología —ya sean móviles, consolas de videojuegos, televisores u ordenadores— se traducen en una mayor exposición de los menores a las pantallas. Al igual que los pediatras en otros países, comenzamos a preocuparnos de cómo afecta al rápido desarrollo cerebral en niños y adolescentes”.
El departamento de Sanidad de Estados Unidos considera la reducción de la exposición a las pantallas como una prioridad de salud, buscando “incrementar la proporción de niños de 0 a dos años que no ven la televisión o vídeos durante la semana” y aumentar la proporción de los mayores de 18 años que no pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla.
Sigman va un poco más allá sugiriendo que nada de televisión, ordenadores o videos para los menores de tres años, y aboga por incrementar gradualmente a un máximo de dos horas la exposición a las pantallas para los mayores de 16. Los padres deben “promover” el no tener ningún tipo de aparatos audiovisuales en los dormitorios, según manifiesta el médico, y ser conscientes de que sus propios hábitos tienen influencia sobre sus hijos.
El tema genera controversia y las conclusiones del estudio han sido cuestionadas por la profesora de Desarrollo Neuropsicológico Dorothy Bishop, de la Universidad de Oxford. “Sigman no parece tener el background de un puesto clínico o académico, ni ha publicado ninguna investigación original en esta área”, asegura Bishop. Y agrega: “Sus comentarios sobre el impacto de la exposición a pantallas en el desarrollo del cerebro parecen ser especulativos; los argumentos que presenta bien podrían utilizarse para concluir que los niños no deben leer libros”.
Sigman se defiende explicando que eligió no tener un puesto en la universidad y trabajar en educación sanitaria. “Voy a las escuelas y hablo con los niños, usualmente sobre los peligros del alcohol -intentando retrasar la edad en la que empiezan a beber-”, dice el médico, y añade: "Limitar el uso de aparatos electrónicos fue un problema sanitario similar".
La doctora Louise Arsenault, conferenciante del Instituto de Psiquiatría de la London University, opina: “Los hallazgos de este estudio son fascinantes y se añaden al creciente grueso de evidencias que sugieren que una vida sedentaria no es óptima para el futuro de los pequeños”. “El tema de la sobreexposición a las pantallas puede ser un marcador de un estilo de vida poco saludable y más generalizado que necesita ser tratado por el mundo sanitario”, añade Arsenault.
Justine Roberts, fundadora de Mumsnet (una web informativa para madres y padres), considera que para los padres es muy difícil competir con la tecnología. “Sería genial si alguien pudiera inventar un cerrojo que provoque automáticamente un apagón generalizado de todos los aparatos tecnológicos dentro y alrededor de la casa por un tiempo determinado. Hasta que esto se invente, será una batalla mantenerse pendiente de todo a lo que están expuestos los más pequeños”, puntualiza Roberts.
 

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