UARHUKUA: El juego de la pelota Purhèpecha.
Compañeros, les
quiero compartir sobre un juego de guerreros que se ha rescatado en los
ùltimos años y que practiquè durente 10 años con una pasiòn
inexplicable, lamentablemente por cuestiones de tiempo y otras
circunstancias lo fui dejando poco a poco, sin embargo me enorgullezco
de compartirles esta informaciòn y ojalà algùn dìa tengan la oportunidad
de verlo por algùn lugar.
En la historia de las culturas,
antiguas y modernas, el pensamiento simbólicomítico ha elaborado durante
milenios relatos proveedores de sentido. Son fundamentalmente los mitos
los que han codificado visiones portentosas, tratando de dar sentido al
mundo y al hombre, a su origen y su destino. La mitología impregna toda
la vida y las fantasías humanas. Está presente en las ideologías
filosóficas y en el imaginario cotidiano escenificado en rituales
repetidos una y otra vez a lo largo de los siglos, en un afán
persistente por dotar de significación a la vida.
Este es el caso de
La Pelota Purhépecha o Uarhukua Chanakua (Juego de los Bastones) Donde
lo mítico y simbólico se aúnan, se anteponen, representan el juego y su
significado ancestral. Cuando la pelota es de fuego, se le llama:
“pelota encendida” entonces simboliza la idea del paso del sol por la
esfera celeste o la lucha de las tinieblas y la luz en el día y la
noche, la contraposición de la vida y la muerte y la batalla diaria del
bien y del mal. En la Relación de Michoacán, texto anónimo y uno de los
documentos claves para el estudio del pueblo purhépecha, se habla de un
enfrentamiento que sostuvieron dos dioses en un juego de pelota:
Cupanzieeri y Achuri-Hirepe. En su libro Mitología tarasca, José Corona
Núñez interpreta que la primera de las deidades representa al sol,
además de que su nombre también significa “jugador de pelota”, mientras
tanto la segunda representa “la noche que se apresura”.
El juego de
pelota con bastón se practica desde hace más de tres mil 500 años, con
algunas variantes en el continente Americano, como lo prueban los
petroglifos del Infiernillo y las figuras de las Culturas de Occidente
en Michoacán; los murales de Tepantitla en Teotihuacan, o una estela de
Yaxchilan, Chiapas, y diversas cerámicas alusivas al juego.
Las
fuentes etnohistóricas indican que posiblemente este juego es
precolombino. Sin embargo, en las tumbas de tiro de El Opeño, Michoacán,
se encontraron figuras de cerámica, algunas de ellas con parte de un
tipo de bastón o manoplas en sus manos con una antigüedad fechada en el
año 1280 A.C. También se encontró un “bastón” de piedra, lo que podría
ser imitación del bastón, originalmente de madera, con que quizás se
jugaba la pelota. Existe la posibilidad de que estos juegos de pelota
fueran una especie de entrenamiento, como lo propone Stern (1966:95-97),
quien dice que, dado que se aplicaba mucha violencia física, estos
juegos pudieron haber servido como preparación para los
jugadores/guerreros. Su práctica se ha transmitido de generación en
generación, y aunque no podemos asegurar con certeza la fecha de su
origen, los antecedentes confirman su milenaria antigüedad.
Se
practica en diversos lugares y con diversos nombres: Uarhukua es el
nombre más común con que se conoce este juego. Los etnolingüístas
frecuentemente se refieren a uárhukukua. Otro nombre empleado para el
mismo juego es Papándu Akukua. En Sinaloa le llaman el Gome y se
prohibió en 1930 por una trifulca donde los jugadores se golpearon con
los bastones. Los purhépechas de Michoacán le llaman Uarhukua Chanakua; y
también lo practican los mixtecos del valle de Oaxaca. En Chile los
mapuches lo practican con el nombre de Chueca; y un juego muy similar de
gran éxito en la actualidad es el Lacrosse, que antiguamente era propio
de los sioux y que hoy en día agrupa a más de 150 equipos amateurs y
profesionales, practicado por hombres y mujeres, en más de cinco países,
siendo Canadá su sede original.
A la fecha se practica en
distintas comunidades purhépechas como Caltzontzin y Paracho (municipio
de Uruapan), Nurio (municipio de Paracho), Santa Fe (en Quiroga),
Tiríndaro y Pátzcuaro (municipio de Zacapu) y Zacan (municipio de Los
Reyes). Desde 1994 se practica en la Ciudad de México, donde se
incorpora a la mujer. Recientemente se ha difundido en Chihuahua,
Hidalgo, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo y Veracruz, entre otros.
Material
requerido: El bastón (del purhépecha uarhukua y que significa palo) con
que se juega en la Ciénega de Zacapu, una de las cuatro regiones en que
está conformado el pueblo purhépecha; se considera de una medida de uno
a 1.5 metros de longitud y se corta del árbol de tejocote; el mejor
tiempo para el corte es cuando hay luna llena, momento en el cual la
madera es muy resistente.
La pelota (zapandukua en purhépecha) tiene
un diámetro de 12 a 14 centímetros, con un peso aproximado de 400 a 500
gramos. Es una pelota de hule espuma, envuelta por tiras de tela (puede
ser algodón u otra fibra natural) que son ceñidas por cuerda o lazo de
henequén a manera de red que cubre toda la pelota. Otro tipo de pelota
es la de madera que se extrae de una parte de la planta conocida en la
región como colorín, la cual debe estar muy seca para que se pueda
moldear y antes del juego se introduce en gasolina o diesel.
Anteriormente se cubría con resina extraída del pino para poderla
encender y así mantenerla prendida por mucho tiempo.
Regla: cada
equipo debe llevar la pelota en dirección contraria a la del
contrincante; la distancia varía conforme las condiciones en las que se
juega y en algunas comunidades se juega alrededor de una manzana o
cuadra; el equipo que logre darle la vuelta a la manzana gana el juego.
Tradicionalmente los chanaris, como se les llama a los jugadores, deben
marcar sus faltas y el reto más importante es aprender de uno mismo
jugando. Aunque actualmente existe un equipo de jueces que son los que
califican y marcan las faltas para evitar polémica y disputas.
La
Uarhukua Chanakua como juego se ha transformado a lo largo del tiempo,
desde su significado hasta los implementos con que se practica, pero
actualmente se conserva el espacio de juego como un espacio de
interacción social, que permite negociar simbólica y lúdicamente
conflictos de carácter individual, entre vecinos, de barrio o
comunitarios, y es aquí en donde encuentra su justificación, el mito
para que el ritual encuentre funcionalidad.
Asimismo, el proceso de
recolectar y elaborar los materiales de juego (bastón y pelota de
madera) como una técnica que demuestra una habilidad y conocimiento es
resultado de un proceso de aprendizaje heredado por generaciones y, por
tanto, parte indispensable del patrimonio cultural inmaterial de la
región en lo particular y de la humanidad en general.
Compañera es muy interesante la información que presentas, yo he tenido la oportunidad de ver juegos de pelota y la verdad es muy bonito este juego, tan tradicional milenario y tan nuestro, desgraciadamente se ha ido perdiendo un poco esto porque muchos les apena esto, ojala y rescatemos algo de nuestras tradiciones. Gracias Itzel por la información.
ResponderEliminarQue bueno que te gustò Humberto, pero fijate que alcontrario, este juego a tenido mucho apoyo y cada vez hay màs gente interesada en jugarlo y rescatarlo. Hay varios equipos alrededor del paìs y hay una Asociaciòn de juego y deportes prehispànicos que apoya a toda la clase de juegos al rescate de la cultura, incluso, se realiza un encuentro de dichos juegos cada año en distintas partes de la repùblica; ya se ha hecho en Pàtzcuaro, uruapan, Morelia. Saludos.
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