La vida es un libro abierto a tu lectura

viernes, 8 de marzo de 2013

4. Repaso


Debes repasar tus resúmenes y -en caso de estar utilizando el método básico reforzado- las posibles preguntas de examen.

Si tienes tiempo suficiente hazlo en voz alta; la lectura será más lenta, pero te ayudará a una mejor memorización debido a que serán dos los sentidos que intervengan (vista y oído).

Siempre que leamos en voz alta, hagámoslo caminando. La razón es que el movimiento general ayuda en el funcionamiento del cerebro; además, al moverse se estarán relajando los músculos de la espalda y el cuello, que son los primeros que se cansan al estudiar quietos. Hagámoslo pronunciando las palabras lo suficientemente fuerte para escucharnos, como si estuviésemos leyendo un noticiero en la televisión. Es recomendable, además, tomar el libro con una mano y gesticular con la otra, realizar mímica de lo que leemos. Esto también ayuda indudablemente a una mejor fijación de las ideas centrales.

Una vez hecho todo lo anterior, explícate a ti mismo lo que acabas de leer, con tus propias palabras, en voz alta y sin ver tus notas. Si no eres capaz de hacer esto y recordar lo que acabas de estudiar, mucho menos podrás recordarlo dentro de varias semanas en el día del examen. Esta autoevaluación también puede realizarse en grupo, ya que una de las mejores maneras de arraigar el conocimiento de una cosa consiste en explicarla a los demás.

El repaso es una parte fundamental de este método. Si no volvemos a repetir y alimentar nuestra memoria, una y otra vez, corremos el riesgo de olvidarlo todo, con el simple paso del tiempo.

Por lo tanto, te sugiero que programes tus repasos de la siguiente forma: el primero dentro de las primeras 12 horas, el segundo repaso a la primera semana, el tercer repaso al mes y el último repaso antes del examen.

Aplica los pasos de este método al estudiar cada una de tus materias. Te aseguro que los buenos resultados comenzarán a darse antes de lo que te imaginas.

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