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viernes, 8 de marzo de 2013




Como la educación media superior no forma en todas sus modalidades para el trabajo productivo, desgraciadamente los que egresan por ejemplo del bachillerato general, si lo necesitan, no están capacitados específicamente para desempeñar ningún trabajo calificado que les permita obtener un ingreso adecuado

José Luis Almazán Ortega

La educación media superior con una matrícula de tres millones atiende apenas a 43 por ciento de la población de 15 a 18 años; su eficiencia terminal es de 55 por ciento. En Estados Unidos el 90% de sus jóvenes acceden a la educación media superior.
La importancia de este ciclo de estudios es indiscutible, porque de su calidad depende la adecuada formación de las generaciones de jóvenes que habrán de ingresar a la fuerza de trabajo o continuar educándose como profesionales y técnicos. Mas incluso resulta trascendente destacar que esta etapa es una etapa formativa en que se deben desarrollar aspectos esenciales de la persona que permitirán definir su proyecto de vida

Tradicionalmente se ha definido al bachillerato como una etapa de preparación para acceder al nivel universitario y estudiar una licenciatura. Tan es así que por esta asociación, como antesala de la educación superior, todavía existen preparatorias dependientes directamente de universidades. Pero a través del tiempo se ha añadido a esta concepción las de una educación terminal técnica o bivalente también, es decir que capacita para el trabajo y prepara para la educación superior.

No obstante lo anterior existe una indefinición de objetivos propios de este nivel educativo, pues como ya se mencionó se le define en función de una preparación destinada a algo, que explica el por qué de su baja eficiencia terminal.

Además las 10 mil escuelas que existen en el país no siempre cuentan con la infraestructura necesaria. Los desertores se quedan con una formación trunca y no pueden aspirar sino a un salario precario.

En la deserción influye sin duda el hecho de que los planes y programas de estudio, determinados centralmente, no corresponden a las oportunidades de trabajo de la región o el estado. La deserción temprana y la escasa vinculación con las empresas producen fácilmente como resultado el desprestigio de las opciones técnicas y favorecen la tendencia de crecimiento de los bachilleratos propedéuticos.

El afán de responder tanto a una educación terminal, técnica, como a una educación propedeútica llevó a la creación de una multiplicidad de tipos de bachillerato sin equivalencia (186 con la preparatoria del gobierno del D.F. 187), lo que evidentemente dificulta la movilidad de los estudiantes de una modalidad a otra.

Un problema fundamental de la educación media superior es que no hay una formación específica para los docentes. No existe una carrera para ello, sino que se trata de profesionistas que se dedican a la enseñanza y que si acaso llegan a recibir una formación como maestros a través de cursos y seminarios.

Una tendencia frecuente del profesor de este nivel educativo es el de concentrarse demasiado en impartir el contenido científico de su materia sin mirar a los intereses, problemas y requerimientos de formación propios de los jóvenes de esa etapa.
Otro problema en este aspecto es el de los salarios de los docentes y su contratación por horas y no por tiempo completo o medio tiempo. Así se dificulta la relación más personal entre alumno y maestro, al igual que la posibilidad de contar con asesoría y consejo.
Como la educación media superior no forma en todas sus modalidades para el trabajo productivo, desgraciadamente los que egresan por ejemplo del bachillerato general, si lo necesitan, no están capacitados específicamente para desempeñar ningún trabajo calificado que les permita obtener un ingreso adecuado, por lo que es una pena que después de 12 años de escolaridad no se les ofrezca a esos jóvenes un mejor horizonte.

Puesto que se define en función de otra cosa, la educación media superior no está enfocada adecuadamente a la etapa que viven sus estudiantes, no cuenta con objetivos propios. Paradójicamente no hay conexión con el nivel anterior ni posterior, pues no existe relación entre lo que se estudia en secundaria y lo que ocurrirá en la preparatoria.

Tampoco hay una continuidad o relación consecuente entre lo que se estudia en el bachillerato y lo que luego se requerirá en la educación superior. No ha existido un ejercicio de coordinación entre las curricula de los niveles educativos.

Actualmente la población en edad de demandarla desborda la oferta educativa de los planteles y se prevé que aumentará, para comenzar a disminuir hasta el 2004.También hay que señalar que no habiendo un cuidado tanto en la definición de un carácter propio a la formación de este nivel, y como resultado igualmente de la no preparación específica del maestro de bachillerato, naturalmente que presenta un enfoque metodológico atrasado.
Ante tal panorama se han emitido diversas recomendaciones para transformar este nivel educativo, en especial en el Congreso Nacional del Bachillerato en Cocoyoc, Morelos, realizado en 1982.

o Se considera que el bachillerato constituye una fase de la educación de carácter esencialmente formativo y que debe ser integral y no únicamente propedeútico.

o Se considera que requiere una definición que lo ubique no solamente como una continuidad de la educación básica o un antecedente del nivel superior.
o Se le debe considerar, también como un ciclo con objetivos y personalidad muy propios, para un grupo de edades en el que es necesario que los conocimientos den una visión universal y que tenga a la vez una correlación con la realidad del país y cada región.

o Se considera que la finalidad esencial del bachillerato es generar en el joven el desarrollo de una primera síntesis personal y social, que le permita su acceso tanto a la educación superior como a la comprensión de su sociedad y de su tiempo, así como su posible incorporación al trabajo productivo.

o Se deberá propiciar por parte del bachiller: la adopción de un sistema de valores propio; la participación crítica en la cultura de su tiempo; la adquisición de los instrumentos metodológicos necesarios para su formación y su acceso al conocimiento científico; la consolidación de los distintos aspectos de su personalidad que permita desarrollar su capacidad de abstracción en términos de autoaprendizaje y su introducción a los aspectos aplicados a la ciencia en las instituciones que prevean la capacitación específica para el trabajo.

Lo que se hace necesario es que estas recomendaciones y otras referentes al perfil del egresado se pongan en práctica.

Algunas propuestas que se han señalado respecto al mejoramiento de la educación media superior son:
1. Establecer una reducción de los planes existentes, buscando una cierta unidad o tronco común, así como un carácter y objetivos propios.
2. Establecer una equivalencia de créditos entre unas modalidades y otras.
3. Establecer un Sistema Nacional de Educación Media Superior, de carácter normativo, pero descentralizado.
4. Hacer uso de la educación a distancia, del uso masivo de las tecnologías actuales, de la telemática y la televisión para proporcionar este nivel educativo a las zonas rurales y aisladas.
5. Establecer la carrera de profesor de educación media y que existan profesores de tiempo completo y/o medio tiempo.
6. Propiciar el surgimiento y la formación de auténticos liderazgos, y para ello cultivar organizaciones genuinamente estudiantiles que sean esas escuelas de liderazgo juvenil en torno al bien de la comunidad y de valores esenciales.
7. Promover el espíritu emprendedor y el surgimiento de emprendedores con vocación para fundar nuevas empresas propias.
La sociedad debe preocuparse porque este nivel educativo funcione bien, con calidad, y cumpla un cometido propio, así estará asegurando la consolidación de nuevos y mejores ciudadanos, de jóvenes sanos, que tengan la capacidad de alejarse de los vicios, de la delincuencia y de la corrupción. Que sepan de ideales y de trabajar para sí y por la sociedad, capaces también de fundar nuevas familias que fortalezcan el tejido social. Para ello la sociedad, los líderes de opinión tienen que hacer del tema educativo un tema central e impulsar iniciativas y propuestas en el sentido que queremos los mexicanos que camine nuestra educación.

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