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viernes, 8 de marzo de 2013

Diez principios básicos para crear buenos lectores

ORIENTACIONES PARA LA FAMILIA
Las investigaciones han sugerido que el ambiente del hogar familiar es más que una fuente probable de experiencias positivas que estimulan el desarrollo del lenguaje oral y escrito (Teale y Sulzby, 1986.)
También hay evidencias de que la participación de los padres y madres en las actividades de lectura y escritura de sus hijos e hijas está relacionada positivamente con el rendimiento lector (Sénéchal, LeFevre, Thomas y Daley, 1998.)
Las actividades que realizan los padres y madres conjuntamente con sus hijos e hijas, leyendo con ellos y ayudándoles en la realización de las tareas escolares contribuyen de manera eficaz sobre los resultados que más tarde se alcanzan en lectura y escritura.
De ahí la importancia de trabajar conjuntamente con las familias, especialmente y en lo referido a la lecto-escritura, con el alumnado de infantil y del primer ciclo de Primaria. Estas edades son cruciales porque si los niños y las niñas aprenden bien en estos niveles es más probable que aumenten su capacidad de aprendizaje durante los años posteriores.
Por otra parte, es importante que la familia conozca las dificultades que tiene su hijo o hija y colabore para minimizarlas.. Tanto el padre como la madre pueden tener, en ocasiones, un papel directo de enseñantes.
Sin embargo, en algunos casos, tendremos que cuidar las relaciones padre-madre e hijo/a ya que al querer intervenir en su proceso de aprendizaje se puede producir gran carga de ansiedad, llegándose a situaciones de pérdida de calma, enfados, volviéndose inalcanzables las condiciones de refuerzo positivo y de un aprendizaje con éxito.

Diez principios básicos para crear buenos lectores (Centro de Educación e Investigación, 2005)

1. Dar ejemplo.
Las personas adultas somos un modelo de lectura para los niños y las niñas. Leamos delante de ellos/as, disfrutemos leyendo.

2. Escuchar
En las preguntas de los niños y las niñas está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.

3. Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos.

4. Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.

5. Acompañar
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.

6. Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.

7. Respetar
Los lectores/as tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.

8. Pedir consejo
La escuela, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.

9. Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de nuestros hijos e hijas.

10. Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...

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