La vida es un libro abierto a tu lectura

viernes, 8 de marzo de 2013

DISCIPLINA ESCOLAR


PROBLEMAS DE DISCIPLINA MÁS COMUNES EN LA ESCUELA


De las visitas a las escuelas y de la atención de estudiantes con dificultades
de comportamiento, se conoce que los problemas más comunes a los que se
enfrentan los maestros y profesores son la violencia, las actitudes desafiantes,
la conducta vandálica, el acoso sexual, los robos de material escolar o de
pertenencias ajenas, el desorden y relajamiento de la disciplina durante las
clases, el hostigamiento a compañeros y la irresponsabilidad. Cada una de
estas conductas o actitudes merece que le dediquemos unos comentarios.
La hiperactividad
El niño hiperactivo es aquel que exhibe un grado de inquietud motora mayor
de lo que se espera para su edad, física o mental, y que por lo general carece
de la capacidad de mantener la atención hacia un estímulo, lección o tarea.
Otra rasgo común acompañante es el poco control de impulsos. La
hiperactividad es en muchos niños de tipo constitucional, es decir, es una
característica de la forma de ser de la persona condicionada por su dotación
genética. En otros casos puede estar relacionada con alteraciones de la
fisiología cerebral ocasionadas por problemas durante la gestación, el parto o
en los primeros años de la vida.
Síntomas de hiperactividad son:
• Distracción y escasa concentración.
• No acabar las tareas.
• Demorar mucho con las tareas o el estudio.
• Olvidar dónde están los útiles escolares.
• No seguir instrucciones.
• Atender a estímulos insignificantes en detrimento de los importantes.
• Hablar demasiado.
• No poder esperar.
• Interrumpir frecuentemente.
• Atropellamiento en todo lo que se hace.
• Juegos bruscos y violentos.
• Manipulación descuidada de los objetos y destrucción de los mismos.
• Poca o ninguna tolerancia a la frustración.
• Propensión a las rabietas y a la agresión.
• La impulsividad y la incapacidad para aprender a evaluar las situaciones
interpersonales los puede convierte en niños muy confrontadores o
peleones. 17
Un porcentaje alto de niños hiperactivos presentan dificultades del
aprendizaje aunque en la gran mayoría su capacidad intelectual es normal o
incluso superior al promedio. Suelen ser niños muy rechazados socialmente y
por los compañeros, especialmente a medida que van creciendo y su madurez
va quedando a la saga de la de los demás. En la familia se les reprende y
castiga mucho debido a sus conductas y al rendimiento escolar que no llega a
alcanzar los niveles esperados a causa de su poca aplicación al estudio y a su
comportamiento errático en el aula. La estadística más conservadora sitúa esta
condición en un 3 a 5% de los niños.
La conducta violenta
Con conducta violenta nos referimos a las agresiones físicas habituales en
algunos alumnos. El comportamiento agresivo no surge de la nada teniendo
siempre unos antecedentes que lo pueden explicar. Empecemos por las
condiciones más relacionadas con el surgimiento de la agresión en los jóvenes.
Aprendizaje
La conducta violenta, en una gran cantidad de casos, es aprendida de
modelos que el niño tiene en su vida, como los familiares, los personajes de la
televisión o el cine y otros miembros de su comunidad. Se da el caso de
padres que inducen a sus hijos a imponerse por la fuerza física y a que
intimiden a otros. Es una especie de necesidad que tiene el hombre o la mujer
machistas de que su hijo sea respetado en base a su poderío físico. Cuando
uno de estos padres u otro familiar de más edad le dice a un niño, “si te pegan
pega más fuerte” y no se le dan más explicaciones, este puede entender que
se debe estar defendiendo de cualquier cosa: Si lo miran interpreta que lo
quieren agredir y se adelante a golpear, si lo empujan sin querer o lo golpean
suavemente en medio de un juego responde con una agresión sin averiguar si
hubo o no intención.
La vivencia de actos violentos o de un patrón de relaciones familiares
agresivas, hace que el niño incorpore la agresión como un modo normal de
respuesta en sus relaciones con los compañeros de escuela o de juego en el
vecindario. El castigo físico repetido de parte de los padres contra el niño le
enseña a este que es una forma válida de hacerse respetar, repitiendo a su vez
este tipo de actos como una conducta que le permite, no solo imponerse sino
elevarle la autoestima por el sentimiento de poder que lo embarga después de
amedrentar y someter por la fuerza a los demás.
La subcultura de la violencia que se vive en ciertas barriadas llamadas
áreas rojas de las ciudades, es causa de que en las escuelas que están en
esas comunidades el nivel de violencia sea más elevado e intenso. Estos
vecindarios son verdaderas escuelas de violencia y pandillaje y en ellos el que
no es agresivo o no sobrevive o debe aislarse.
Los personajes de las series de televisión y del cine que hacen gala de
violencia, con la justificación, en los “buenos” de hacer cumplir la ley o de
eliminar a los “malos”, no sufren ningún tipo de consecuencia por matar, 18
golpear salvajemente o herir con armas blancas o de fuego a otros. Las
consecuencias que se dan en la vida real por cometer actos violentos como
arrestos, juicios, condenas, generación de más violencia, en la película no
suelen darse o se resuelven de una manera fantasiosa, lo que a los ojos de los
niños es una idealización de la violencia. Aquellos niños y jóvenes que por
temperamento o por experiencias previas de vida están más predispuestos a la
violencia, son los que más responden a estos modelos.
Con a conducta violenta aprendida está relacionada la que exhibe un
estudiante con la intención de hacerse el líder del grupo. Son los que liderizan
a los demás pero generalmente con una finalidad no constructiva, sino más
bien para sentir que es él o ella quien decide qué se hace y qué no se hace, a
quien se le acepta y a quien se rechaza, cuando se obedece al maestro o
cuando hay que rebelarse, o para llevar a cabo acciones de tipo pandilla en el
centro.
Estados de frustración
La frustración es la pérdida de algo que se esperaba o se deseaba, o la
insatisfacción de una necesidad. Todas las personas nos frustramos en
algunos momentos cuando algo no sale o no llega como hubiésemos querido.
Dependiendo de la importancia que tenga para nuestra vida esa pérdida o
insatisfacción, así será la intensidad y la duración del estado de frustración que
nos invada. Cuando no se ha podido satisfacer algo muy significativo para
nosotros, podamos caer en el abatimiento emocional o la depresión, en la baja
autoestima crónica, en la irritabilidad y en la agresividad. De hecho, en muchas
personas agresivas, adultas o jóvenes, suele haber una o más frustraciones de
tipo afectivo, familiar, matrimonial, laboral, económica, académica o de imagen
personal.
En los estudiantes que se muestran agresivos también hay que indagar por
las frustraciones que puedan estarlos llevando a ser así. Entre las situaciones
que pueden causar un estado de frustración crónica en un niño están:
 El abandono afectivo paterno o materno.
 El maltrato físico o psicológico de parte de sus padres.
 Los fracasos académicos repetidos.
 La pérdida física de un familiar querido.
 El rechazo o el hostigamiento persistente por parte de los compañeros o de
uno o más docentes.
 La imposibilidad de llevar un nivel de vida como lo tienen otros.
 El abandono o el rechazo de una persona del sexo opuesto en los o las
adolescentes.
 El padecimiento de una enfermedad crónica o de una deformidad corporal
que le impide llevar una vida normal como los demás compañeros
Lesión cerebral
Cuando se afecta la estructura o funcionamiento cerebral debido a trauma,
inflamación, tumoración o desequilibrio químico, o más concretamente de 19
ciertos neurotransmisores, la persona puede ser propensa a la conducta
agresiva. Áreas cerebrales especialmente relacionadas con la agresividad
cuando sufren un daño son los lóbulos frontales, el cerebro medio y estructuras
como el tálamo y el hipotálamo. Unas veces la conducta agresiva es por un
exceso de estimulación de estas últimas áreas, y otras porque se produce una
disminución o eliminación de los mecanismos de control o inhibición de las
tendencias agresivas. Este tipo de conducta violenta suele darse en niños o
jóvenes estudiantes que antes de sufrir la lesión no acostumbraban a
comportarse en forma agresiva. La epilepsia que se genera en focos situados
en las estructuras del cerebro medio relacionadas con la conducta agresiva o
en el lóbulo temporal, como es el caso de las llamadas epilepsias
psicomotoras, pueden también acompañarse de conductas agresivas.
Desinhibición de impulsos
Relacionado con lo anterior está la conducta agresiva que se da por falta de
control de impulsos y baja tolerancia a las frustraciones en personas que, ya
desde el nacimiento vienen con una afectación cerebral como es el caso de los
retardados y autistas graves. Pero también en niños que han sido criados con
mucho consentimiento, que no están acostumbrados a tolerar frustraciones o
negativas, que siempre quieren salirse con las suya, pueden funcionar este tipo
de agresividad por falta de control de impulsos. Algo similar sucede con los
niños hiperactivos, quienes suelen ser muy inmaduros en relación a su edad
cronológica aunque tengan una capacidad intelectual normal. La impulsividad
en todos estos casos impide al niño el proceso de análisis de cada situación y
la capacidad de poder esperar.
Conducta delictiva
El alumno o alumna acostumbrados en su medio ambiente a la
delincuencia, que incluye tanto el robo con o sin asalto a las personas, como el
consumo y/o venta de drogas ilícitas, se puede mostrar violento en el centro
escolar si está bajo el efecto de estas últimas, así como cuando para
comprarlas o para satisfacer otra necesidad, intenta someter a otro estudiante
con el fin de robarle. Se da con cierta frecuencia en las escuelas de
comunidades consideradas como rojas o a las que asisten alumnos
provenientes de ellas, que se robe a los demás haciendo uso de la agresión
física o de la intimidación. En este caso se amenaza a la víctima de hacerlo
herir o matar cuando se le vea por la comunidad. No es raro en estos días que
jóvenes de ambos sexos lleven armas a la escuela con el fin de herir a otros
con quienes han tenido conflictos. Generalmente son adolescentes que tienen
alguno o más de los antecedentes que hemos comentado.
El hostigamiento
Nos referimos a molestar a alguien o burlarse de él insistentemente
poniéndole sobrenombres y de otras maneras. En nuestro medio se califica al
estudiante víctima de hostigamiento del grupo de “el congo del salón”. El
hostigamiento o acoso hacia un alumno puede desembocar en agresiones
físicas o incluso sexuales. Se toma como víctima casi siempre al estudiante 20
tímido, inseguro, con pocas habilidades sociales o con alguna diferencia física
o cultural. Otras veces es una alumna que es rechazada por las de su propio
sexo a la que se acosa.
Las víctimas de hostigamiento sufren emocionalmente llegando muchas
veces a la depresión, a la negativa a ir a la escuela o a solicitar que se le
cambie a otra. Algunos de los jóvenes que han protagonizado matanzas en las
escuelas en países como EE.UU., eran estudiantes que habían sufrido
situaciones similares. Se victimiza a otros porque:
 Se le convierte en el chivo expiatorio de las frustraciones de uno o más del
grupo quienes inducen a otros al acoso.
 Es la manera de canalizar energías destructivas que no se pueden dirigir
contra los padres o los docentes.
 No se han desarrollado una conciencia de lo que significa el respeto a las
diferencias.
La conducta impertinente
Impertinente según nuestro diccionario es lo que no viene al caso, o que
molesta de palabra o de obra. Aquí aplicamos el adjetivo a la conducta en la
escuela que se caracteriza por el desorden durante las clases, el no atender
por estar molestando a los demás, haciendo bromas, etc. Todas conductas que
no son pertinentes con los objetivos de la clase. Es habitual en estudiantes con
 Bajo rendimiento académico
 Dificultades de comprensión
 Inmadurez emocional
 Atención deficiente
 Necesidad de llamar la atención
 La intención de dificultar la labor de enseñanza y aprendizaje.
Es el alumno que hace ruidos innecesarios, se levanta para molestar a
otros, hace comentarios fuera de tono o sin ninguna relación con lo que se está
tratando, se pone a cantar o a silbar, se tira al piso o se quita los zapatos o
parte del uniforme, gesticula o se convierte en el payaso del grupo.
Las actitudes desafiantes
El alumno desafiante es aquel que reiteradamente se niega a colaborar o a
seguir instrucciones que se le dan. Está constantemente poniendo a prueba la
paciencia del docente o del director del centro con su actitud oposicionista. No
se trata del alumno que se siente con el derecho de defenderse de una
injusticia, o de negarse a hacer algo que considera humillante para él. Su
rebeldía se apoya en un argumento i legítimo, obedeciendo más a una
actitud irresponsable y negativa. La actitud desafiante está asociada muchas
veces a la conducta agresiva, en parte porque suelen ser coexistentes en un
mismo estudiante, y en parte porque el reto que le plantea al educador suele
acabar en un forcejeo de intensidad creciente entre ambos. Es habitual que se
de más en jóvenes que tratan siempre de perturbar la clase. Aunque es más 21
común entre estudiantes de secundaria, no por eso deja de verse en algunos
chicos de primaria, incluso de los primeros niveles. Antecedentes relacionados
con esta clase de actitudes son:
 Crianza con exceso de permisividad o consentimiento. Son niños
acostumbrados a imponerse para conseguir lo que quieren en sus casas y
a no tener límites. Provienen de familias en las que la disciplina está
ausente o es deficiente.
 Estudiantes a quienes hay que llamar muy a menudo la atención por sus
conductas perturbadoras o impertinentes.
 Jóvenes con fama de líderes en el sentido que explicábamos antes al
comentar la conducta agresiva, que deben dar antes los demás una
imagen de irrespeto a la autoridad del profesor. Ceder ante este significaría
ser débil.
 Adolescentes que viven confrontaciones reiteradas con sus padres,
especialmente con el padre más que con la madre. El profesor ocupa en
este caso el lugar del padre al que se odia o contra el cual se defiende el
joven.
La conducta vandálica
El vandalismo es el espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna,
sagrada ni profana (Diccionario de la Lengua Española), y proviene de las
destrucciones propias de los vándalos, uno de los pueblos que procedentes del
norte de Europa invadieron al imperio romano llegando hasta las costas de
África. En las escuelas públicas se dan actos vandálicos por parte de sus
propios estudiantes. Se dañan a propósito puertas, ventanas, computadoras,
sanitarios, bancas, y todo lo que se pueda destruir. El vandalismo escolar
puede ser una manera de:
 Vengarse de la escuela los estudiantes que tienen muchos fracasos
académicos.
 Una venganza por haber sido castigado por un docente o por el director del
centro.
 Hacer daño a los compañeros que sí están interesados en estudiar y ganar
buenas calificaciones.
 Vanagloriarse ante otros jóvenes, dentro y fuera de la escuela, de tales
acciones, lo que suele ser un intento de lograr aprecio en adolescentes con
una imagen pobre de sí mismo.
 Una forma de vengarse de los padres al tener que ocuparse estos de
pagar los daños producidos.22
 Un hecho premeditado con el fin de lograr la expulsión de la escuela a la
que se odia.
 Un acto impulsivo por una frustración reciente de tipo académico o social.
 Un acto impulsivo e imprudente solamente por juego o broma para hacer
reír a los demás compañeros.
El alumno que roba
Tomar cosas ajenas sin permiso con el propósito de apropiárselas, es un
hecho que se da con cierta frecuencia en las escuelas y en todo lugar donde se
congregan muchos niños. Es raro que estos hurtos o robos sean causados por
una tendencia patológica que se conoce como cleptomanía y que es de muy
difícil tratamiento. Generalmente los robos en las escuelas se deben a causas
menos graves y más relacionadas con otros aspectos de la vida del estudiante.
Se suele robar a otros estudiantes o a los maestros, útiles escolares, lápices o
plumas, juguetes, prendas de las niñas, relojes, dinero, artículos de moda
como calcamonías, figuritas de colección, etc. La razón de estas conductas hay
que buscarlas en:
 Necesidades afectivas no resueltas. El tomar algo que no se tiene puede
compensar en cierta manera ese vacío.
 Necesidades materiales (se roba lo que no se puede comprar o para
venderlo y obtener dinero.
 Deseos de llamar la atención de los padres, de los maestros.
 Interés de ganar la estima de los demás niños: Si se roba dinero, se puede
repartir entre los amigos o comprar cosas para ellos en la tienda de la
escuela.
 Intención de causar un perjuicio a un compañero al cual se quiere mal, ya
sea porque se le envidia, o porque se está siempre en conflictos con él o
ella.
El acoso sexual
La conducta de acoso sexual en las escuelas tampoco es infrecuente. La
protagoniza un solo estudiante o un grupo de ellos en detrimento de una
alumna o de un alumno sin la capacidad de defenderse. Suelen también ser
víctimas en este sentido estudiantes con tendencia afeminada, con o sin su
consentimiento. Puede darse como una broma pesada en la que se acorrala a
una niña para levantarle la falda o bajarla la ropa interior; besarla a la fuerza;
tocar las nalgas o sus genitales a otros alumnos o alumnas; o intentos serios
de violación dentro de un baño o en un lugar apartado de la escuela.
Contrariamente a lo que se pueda creer, pasa tanto en la escuela secundaria
como en la primaria. ¿Qué puede llevar a algunos estudiantes a cometer este
tipo de ataques a otros compañeros o compañeras? La tendencia común es la
de culpar a los medios de comunicación (televisión, revistas y películas 23
pornográficas), pero estos no podrían ser la causa de el acoso sexual entre
escolares si no se dan otras situaciones familiares y personales. Estas
situaciones pueden ser:
 No haber desarrollado la conciencia del respeto a los demás.
 La presión de grupo, liderizado por algún estudiante insensato.
 Experiencias de abuso sexual en niños de primaria.
 Vida familiar promiscua en barrios donde la pobreza obliga a vivir en
ambientes muy reducidos, en los que adultos y niños comparten dormitorio
o camas.
 Experiencias sexuales prematuras inducidas por otros muchachos o
adultos del vecindario.
 Influencia de lo que se ve en la televisión, revistas y películas
pornográficas en niños o adolescentes que cuentan entre sus
antecedentes alguno de los citados más arriba.
El incumplimiento de deberes
La indisciplina se manifiesta a menudo por una tendencia marcada a la
negligencia hacia los deberes escolares, especialmente académicos. Es el
alumno que no lleva tareas a la casa, que no entrega trabajos, que no estudia o
lo hace muy superficialmente y con desgano, que no tiene orden en sus útiles
escolares ni en su forma de trabajar. Es el alumno desmotivado para todo lo
que sea esfuerzo académico. Como consecuencia de este abandono sus
calificaciones siempre están en niveles de fracaso o en los límites, lo que los
lleva a repetir grados.
La desmotivación de estos alumnos tiene causas variadas siendo las más
comunes:
Dificultades para el aprendizaje
Experiencias previas de malos resultados académicos
Deficiencias en las habilidades de estudio
Bajo estado anímico o depresión
Interés centrado en otros temas o actividades no relacionadas con lo que
se hace o estudia en la escuela.
Docentes poco motivadores.
Rechazo a la escuela por experiencias negativas en ella, sobre todo con
el personal educativo.
Falta de apoyo y motivación por parte de los padres.
Las conductas perturbadoras que hemos descrito pueden darse solas o
combinadas en un mismo estudiante con el predominio de una de ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario