Los signos de puntuación orientan al
lector respecto a la entonación y a las pausas del habla. Son de gran
importancia para resolver ambigüedades de sentido, o la intencionalidad misma
del mensaje, que el lenguaje oral resuelve con la entonación. No es lo mismo
decir: Ya está bien que ¿Ya está bien?, Ya está ¡Bien!, etc.
La puntuación también sirve para
señalar la organización de ideas, como sucede con la separación en párrafos por
medio del punto y aparte, o para marcar las voces de distintos hablantes, o los
planos distintos que se insertan en un mismo discurso linguistico, como en el
caso de los textos con citas de otros autores:
Coma (,)
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Comillas (“”), (<>), (´´)
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Punto (.)
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Guión (-)
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Punto y coma (;)
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Raya (__)
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Dos puntos (:)
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Paréntesis (())
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Puntos suspensivos (…)
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Interrogación (¿?)
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Corchetes ([])
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Exclamación (¡!)
|
De estos signos algunos sirven para
matizar distintas clases de pausas y, en menor medida, para marcar variaciones
en la entonación; por ejemplo, la coma, el punto y coma, el punto, los dos
puntos y los puntos suspensivos. Otros, en cambio, son señales básicamente de
entonación; por ejemplo, la interrogación, la exclamación y los paréntesis, en
cuanto a las comillas altas (“altas” o inglesas, <<bajas>> o
españolas y ´simples´), se utilizan para insertar citas, significados de
palabras, etc. Otros signos de acotación son los paréntesis y los corchetes.
Las rayas o guiones largos se emplean para introducir diálogos o incisos. El
guión corto, por su parte, sirve para unir o separar según los casos.
En suma gracias a esta clase de signos
obtenemos a través de la escritura un reflejo del lenguaje oral algo más nítido
que si no existieran, aunque sea imperfectamente. La imaginación del lector es
capaz de suplir las imprecisiones de la puntuación y de dar una versión oral de
un texto escrito que se corresponda aproximadamente con un hipotético modelo
oral previo.
Otra cuestión es la del estilo. De la
misma manera que hay distintos modos de hablar, hay también, formas
características de cada cual en la expresión escrita. Es más, en los países de
civilizaciones avanzadas, la mayor parte de los textos que se escriben nunca
fueron orales, ni están destinados a ser leídos en voz alta. Por tanto, el
estilo de escritura tiene un componente visual y unos ritmos completamente autónomos
respecto a la oralidad. La puntuación es el principal recurso de estilo en la
escritura. Algunos autores prefieren las frases breves, que dan un ritmo
sincopado, otros las prefieren largas y llenas de incisos como reproduciendo
las sinuosidades del pensamiento. En definitiva, mientras que la ortografía de
las letras cuenta con normas de obligado cumplimiento, la puntuación tiene un
componente subjetivo que no permite una regulación estricta. Lo importante es
que la puntuación contribuya a expresar con claridad el pensamiento.
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