El amor no basta
Esta es una obra de teatro escrita por Fabián Choque sobre la temática de problemas adolescentes.
Título: El amor no basta
Autor: Fabián Choque
Personajes:
Dalía
Edwin
(Aparece Dalia en su sala con un sobre en la mano algo nerviosa
caminando de un lado a otro. En eso, tocan a la puerta. Ella se asusta
pero inmediatamente se calma tocando su pecho)
Dalia: ¡Ya llegó! (Levanta un poco las manos) Ya, tranquila
Dalia, todo saldrá bien (Va caminando hacia la puerta haciendo una pausa
en cada paso que da. Al llegar, toma la perilla quedándose un momento
en silencio. Finalmente, abre la puerta) ¡Edwin! (Lo abraza muy fuerte)
¡Pasa por favor! (Los dos van caminando abrazados a la sala)
Edwin: ¡Vine lo más pronto que pude! ¿¡Qué pasa!? (Se sientan en
el sofá. Acaricia su rostro mirándola a los ojos) Todo el camino me la
pasé pensando que te habría pasado algo malo.
Dalia: Bueno, algo pasó pero… (Mira a un costado algo temerosa)
Edwin: ¡Ey! (Coge su mentón con los dedos y le levanta la cabeza) ¿Qué pasa?
Dalia: Hoy fui al médico a hacerme un chequeo y… (Le muestra el sobre)
Edwin: (Mira el sobre muy sorprendido y extrañado. Luego mira a Dalia) ¿Qué es esto? (Lo comienza a abrir)
Dalia: Será mejor que lo veas tú mismo (Lo sigue mirando muy
nerviosa) Es algo que he querido decirte desde hace unos días pero no he
tenido el valor de hacerlo.
(Edwin comienza a leerlo y su expresión cambia radicalmente)
Edwin: Dalia (Se ríe sarcásticamente) ¿Es una broma esto?
Dalia: (Toma sus brazos) Claro que no, es totalmente serio ¡Vas a
ser papá!
(Edwin quita la mano de Dalia de su hombro, se pone de pie muy molesto y
con las manos en la cintura, camina hacia el público)
(Voltea y mira muy serio a Dalia. Ella se asusta un poco y se queda
parada viéndolo fijamente. Camina lentamente hacia ella con la misma
mirada seria y se para a pocos centímetros de su rostro)
Dalia: (Asustada) ¿Qué pasa? (Sonríe ligeramente y nerviosa) ¿No te agrada la noticia?
(Edwin arruga el papel mientras mira a Dalia muy molesto y luego de estrujarlo, lo tira al suelo)
Edwin: ¿¡Pero qué diablos te pasa!? ¡Cómo no se te ocurrió
protegerte! (Dalia lo mira muy sorprendida y mueve la cabeza de un lado a
otro) (Edwin mira hacia arriba con las manos en la cintura y camina de
un lado a otro)
Dalia: Esperaba que te sintieras… (Se queda en silencio unos momentos)
Edwin:(Muy molesto) Qué ¿¡Feliz!? ¿¡Saltando de alegría!? (Se
acerca a ella muy rápido) ¡No tienes ni idea de lo que has hecho!
¿¡Verdad!?
Dalia: (Con cara de indignación) ¿¡De lo que he hecho!? ¡Pero, si estuvimos juntos! ¡Es nuestra responsabilidad!
Edwin: ¿¡Nuestra responsabilidad!? (Le mueve el dedo índice en
señal de negación y le sonríe sarcásticamente) No “mamita”, (Le señala
su barriga) ese ahora es tu problema y ahora tú, ve cómo te las arreglas
(Va hacia la puerta caminando rápido)
Dalia: ¡No! ¡Edwin! ¡¡¡Edwin!!! (Corre tras él antes que él
llegue a tocar la perilla, lo detiene) ¡No puedes hacerme esto!
(Comienza a llorar) ¡También es tu hijo!
(Edwin la toma bruscamente de sus brazos y la mira fijamente a los
ojos)
Edwin: Solo diré esto una vez (Acerca su cara a la de ella) No me
importa, ese bastardo que llevas en tus entrañas (La empuja tirándola
al suelo mientras se va)
(En el suelo, Dalia comienza a romper en llanto y a golpear el piso)
(Se cierra el telón) (Se vuelve a abrir y aparece Dalia con su hijo en brazos)
Dalia: Ya hijito ya (Le sonríe al bebe) ¿Quién es el más lindo?
¿Quién es el más lindo? (Va a sentarse al sofá) Vamos a sentarnos porque
mami está algo cansadita ¿Ya? (Se sientan y comienza a moverlo para que
no llore) (En eso, comienzan a tocar a puerta) ¡Uy, tocan a la puerta!
Vamos a ver quién es (Se pone de pie y va hacia a puerta. Al abrirla, ve
nuevo a Edwin y pone una expresión de asombro)
Edwin: (Con voz nerviosa) Hola Dalia, ¿Cómo estás?
Dalia: (Con una mirada muy molesta) ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?
Edwin: Vine a hablar un momento contigo (Ve a bebe) ¿Ese es él?
(Acerca su dedo a la cara del bebé pero antes que lo toque, ella lo
aleja)
Dalia: Te hice una pregunta.
Edwin: Mira Dalia sé que estás molesta por lo…
Dalia: ¿¡Molesta!? ¿¡Molesta!? Me abandonas cuando te di la
maravillosa noticia que serías padre, no te veo después de muchos meses
¿¡Y me dices que sabes que estoy molesta!? (Sonríe sarcásticamente) Creo
que para ser broma, es algo pesada.
Edwin: Merezco todo lo que me dices y sé que más…
Dalia: Definitivamente.
Edwin: …Pero he cambiado (Se acerca a ella) Quiero que seamos una familia, ¿Qué dices?
Dalia: (Se queda en silencio por un momento. Luego, va a dejar al
bebe en su corral y regresa con Edwin) ¿Quieres que ahora seamos una
familia? ¿De verdad? (Le tira una bofetada y comienza a llorar) “No me
importa ese bastardo que llevas en las entrañas” ¿Te suenan esas
palabras? (Le levanta el dedo índice) Tú no mereces tener este hijo, es
más, no mereces llamarte padre. Creí que podría formar una familia
contigo ¡Una feliz familia! Pero creo que me equivoqué, y doy gracias a
Dios por eso.
Edwin: Sé que he sido muy duro al hablarte así y te pido perdón. ¡Dame otra oportunidad! ¡Por favor!
Dalia: Te rogué de la misma manera hace meses, pero tú me tiraste
al suelo, como a un trapo viejo, ¿Crees que mereces una oportunidad?
(Va hacia a puerta y la abre) Ahora quiero que por favor te retires de
mi casa.
Edwin: Dalia yo…
Dalia: ¡¡¡Vete!!! (Edwin hace un suave suspiro mientras agacha la
cabeza. Va caminando lentamente hacia a puerta; a llegar, voltea y ve a
Dalia, se queda en silencio por un momento y se retira) (Dalia cierra
la puerta cuando en eso, su hijo comienza a llorar e inmediatamente va
con él)
¡Ya tranquilo, tranquilo! Fue solo una pesadilla que ya pasó (Lo ve
fijamente) Jamás estarás solo, siempre me tendrás a mí, por siempre y
para siempre.
Fin
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