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miércoles, 6 de marzo de 2013

Otra opción :"Conversación con un fantasma"


Fantasma
Esta obra de teatro ha sido escrita por Ignacio Perez Jimenez, a quien le agradecemos que haya compartido su guion con nosotros. 
 
Título: Conversación con un fantasma 
Autor: Ignacio Perez Jimenez
Personajes
Mujer 
Hombre 
Fantasma
Primera escena: Una habitación abandonada reducida y oscura. Entran dentro un hombre con una linterna y una mochila en la espalda. Detrás aparece una mujer mayor con una vela encendida.
Mujer: Aquí es donde se dicen que se producen los ruidos. Seguro que es un fantasma. 
Hombre: Me gustaría que descartara esa palabra de su vocabulario hasta que no tengamos una certeza absoluta. 
Mujer: Qué miedo. Me horripilaría ver a un fantasma aparecer de repente en mi dormitorio. 
Hombre: Será mejor, mujer, que se vaya de aquí. 
(La mujer desaparece y se queda el hombre solo) 
Fantasma: Vaya, por fin alguien con el que poder hablar. 
Hombre: ¿eres el fantasma? 
Fantasma: No soporto la soledad, sobre todo en una habitación tan oscura. No me han designado ningún acompañante. 
Hombre: ¿A qué persona perteneciste cuando vivías? 
Fantasma: Bueno, no creo que eso interese demasiado ahora pero era empleado de un teatro, pero fui escalando posiciones hasta convertirme en estrella de la profesión. Tendría que escuchar que atronadores eran los aplausos cuando intervenía en alguna obra. El auditorio se ponía de pie. 
Hombre: ¿Que actor era usted? Perdone, pero nunca me interesó tanto el teatro como a mi mujer. A mí me va más el cine. Ya sabe, Apocalipsis Now, Los siete magníficos… 
Fantasma: Rodríguez Beltrán. Estoy muy triste. Nunca volveré a pisar un escenario. Los de Este Lado me han dicho que mi próximo destino es reencarnarme en flor. Una fisiluis magna. Bueno, seguiré emitiendo belleza, no con mi arte sino con mi hermosura. Lo malo es que no voy a poder andar mucho y me cansaré de ver la misma panorámica. 
Hombre: ¿Y no le dan la opción de transformarse en otra cosa? 
Fantasma: Hay tanta competencia. Todos los fallecidos quieren aspirar a los mejores puestos. Ser duques, playboys millonarios, modelos…mira por donde nadie quiere ser pobre, todo el mundo quiere algo relacionado con el dinero. 
Hombre: Dígame, señor Beltran, ¿tuvo usted esposa e hijos? 
Fantasma: Por supuesto. Conocí a mi esposa trabajando precisamente en el teatro. Un día tuvimos que hacer una función donde encarnábamos a una familia de ricos. Ella era mi esposa y yo era el marido. Nuestra hija se dedicaba a plantar flores y nuestro hijo a ligar continuamente recorriendo todo el mundo. Entonces me enamoré de ella y durante un descanso de los ensayos me declaré. 
Hombre: ¿Y cómo lo hizo usted, le regalo flores, le dedico algún poema?…lo digo para saber qué hacer si alguna vez llega el momento. 
Fantasma: Yo era muy tradicional. Le regalé un ramo de flores rojas en la floristería más cara de la ciudad. Casi me gaste todo mi sueldo de artista de tantas flores que compré, si viera usted que olor desprendían esas flores, era una auténtica delicia. 
Hombre: ¿Su mujer aún continua viva? 
Fantasma: Lurdes murió hace mucho, mucho tiempo. Estoy intentando encontrarla en el Deposito de Almas, pero hay tantas y tan antiguas. Si recordara la fecha de su muerte, podría encontrarla más fácilmente. De todas maneras le he enviado un comunicado que espero no tarde mucho en recibirlo, hay tanta demanda.  
Hombre: ¿Y qué fue de sus hijos?, ¿aún viven? 
Fantasma: Sí, pero viven en perpetuo enfrentamiento. A Berta le tocaban todas las desgracias. Suspendía todas las asignaturas, le expulsaron del trabajo, tantas calamidades, cuando tuvo un hijo se volvió ciega y no pudo conocerlo. 
Hombre: ¿Y qué paso después? 
Fantasma: Pues que se invirtieron los papeles. La maldición cambio de lugar para afectar a Berto. Mientras Berta recobraba la vista, Berto terminó en la calle pidiendo limosna y durmiendo por las noches en la intemperie. Su novia le dejó para siempre. 
Hombre: Es usted un fantasma interesante. Como hay personas interesantes hay fantasmas interesantes.
Fantasma: Creo que tengo que dejarle. Me van a asignar un nuevo destino. En una casa encantada. Una casa enorme... Qué bien me lo voy a pasar asustando a los inquilinos. Otro fantasma me va a reemplazar, puede hablar con él si quiere. 
Hombre: ¿pero no iba a transformarse en flor? 
Fantasma: Más adelante, me voy. 
(El fantasma desaparece y el hombre abandona la habitación) 

Hombre: Aquí no hay fantasmas, sino mucha superstición y tontería. Que la gente que quiera venga aquí a habitar la casa.
Fin

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