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jueves, 7 de marzo de 2013

Ser Docente


Responsabilidad ética y social

Una de las grandes deficiencias que enfrenta nuestro país, es en el campo de la educación, y uno de los actores principales en este rubro lo es el Docente, aquel que se dedica a general las condiciones para que aquellas personas que tiene bajo su tutela desarrollen conocimientos y habilidades.
En el presente reflexionaremos sobre las implicaciones y responsabilidades éticas y sociales que tiene un docente en estos tiempos en nuestro país.



Pero ¿Cuáles son las implicaciones éticas y sociales de ser docente?
Una persona que ha decidido dedicarse a ser un profesional de la educación, carga sobre sus hombros el peso y la responsabilidad del futuro de su comunidad, su país y el planeta, ya que de lo que él les trasmita en gran medida y en conjunción con la familia, será la calidad de seres humanos que guiarán el mundo en un momento u otro.
Debemos recordar que la mejor enseñanza es la que se da sin palabras, sino con el ejemplo, de ahí que el profesional de la educación, debiera ser una persona íntegra, con una clara y sólida estructura ética y moral, con una personalidad libre y con un profundo amor al conocimiento; así mismo debe tener habilidades para el manejo de tecnología, y encontrarse abierto a la globalización, para que a partir de él, los estudiantes se relacionen con el mundo de manera útil y constructiva.
Un maestro debiera llamar a sus estudiantes a que a lo largo del periodo que estuvieran bajo su tutela, impactaran su contexto social circundante, para que de ese modo, tomarán consciencia de la importancia y responsabilidad que tienen al erguirse como sujetos sociales activos.
Uno de los atributos fundamentales que debe poseer una persona que pretenda dedicarse a la docencia, es el de una profunda e impecable consciencia de lo humano, ya que en los tiempos actuales, una de las grandes carencias en nuestro mundo es la de HUMANIDAD, de ahí que los maestros debieran se los más humanos, y así a partir de establecer un esquema de relación con estas características, es posible que influyan de manera profunda en sus estudiantes.
Pero ¿nuestros maestros tienen estos atributos?
Me parece que no, ya que actualmente aunque hay excelentes profesores, un número importante de éstos se dedican a la profesión porque no encuentran trabajo, o porque es una oportunidad para completar sus ingresos, y no por verdadera vocación, lo que tiene graves consecuencias.
La labor del docente especialmente el de niveles medio y medio superior es muy desgastante emocionalmente, ya que los educandos adolescentes están en la etapa en la que cuestionan y se revelan a las figuras de autoridad, de ahí que se tenga que invertir una gran cantidad de energía cuando se llega al aula incluso para pasar lista, y no se diga para iniciar la clase, es por esto que un importante número de maestros presentan el síndrome de estar quemado o “burnout”, que se caracteriza por elevados niveles de estrés, incremento en la agresividad, en los sentimientos de ineficacia, irritabilidad y bajo rendimiento laboral entre otros.
Un maestro que presenta este síndrome, afectará de manera importante a los educandos con los que interactué, ya que al ser poco tolerante, efectivo y estar alterado en sus respuestas emocionales, no podrá implementar los programas educativos, y mucho menos motivar a sus estudiantes al aprendizaje, ya que estos lo rechazarán y generalmente “odiarán” su materia.

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