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jueves, 7 de marzo de 2013

TÉCNICAS DE ESTUDIO


No todas las personas estudian de la misma manera, y las técnicas que funcionan para unos no necesariamente sirven para otros. Sin embargo, cuantas más técnicas y estrategias conozcas, más probabilidades tendrás de encontrar aquellas que se adapten mejor a ti.

Estas son algunas de las indicaciones o técnicas que suelen resultar más útiles a la mayoría de las personas:

Nunca digas: esto no se me da bien

Hay gente que considera que no es buena en matemáticas, o en lengua, o en cualquier otra asignatura. Borra esta idea de tu mente y piensa que puedes ser bueno en cualquier cosa. Si crees que no eres bueno en matemáticas tal vez sea porque hasta ahora no te han interesado lo suficiente y te has limitado a aprender lo mínimo, a implicarte lo mínimo y a no motivarte en absoluto. Para cambiar esto, solo tienes que esforzarte más durante un tiempo, ponerte al día y empezar a pensar que puedes ser bueno en esa asignatura (o en cualquier otra) si te lo propones, te motivas y prestas atención. No se trata de que seas brillante, sino tan solo de hacerlo bien. Y tu actitud cuenta mucho más de lo que crees. Además, las personas que consiguen ser buenas en algo en lo que creían no serlo, se sienten luego especialmente orgullosas de sí mismas. Haz la prueba.

 Participa en clase

Presta atención a lo que dice el profesor, haz preguntas, participa si hay algún debate y, en definitiva, trata de sacarle el máximo partido a las horas que pasas en clase. No te limites a sentarte y esperar que sea el profesor el que te enseñe, participa de manera activa en tu propio aprendizaje. De este modo, también te resultará más gratificante y menos aburrido estar en clase.

Toma notas en clase

Incluso aunque luego uses principalmente el libro para estudiar, tomar notas te ayudará a prestar más atención en clase, a aprender sobre la marcha y a no aburrirte en clase. Luego, podrás usar esas notas para entender mejor el tema que aparece en el libro, para complementarlo, y para tener dos explicaciones o descripciones diferentes de un mismo tema (es decir, el mismo tema explicado con diferentes palabras).

 Estudia un poco cada día

Dejarlo todo para el final no es una de las mejores técnicas, porque tu rendimiento será peor, tus notas más bajas y tendrás muchas más probabilidades de olvidar lo aprendido tras unos días. Es preferible estudiar un poco cada día. Por ejemplo, puedes estudiar cada día lo que hayáis visto en clase ese mismo día y luego repasar lo que estudiaste el día (o los dos días) anteriores; y el fin de semana puedes dar un repaso a todo lo estudiado durante la semana.

Organízate

Tener un orden puede servirte de gran ayuda, porque te permitirá crear hábitos, y todo lo que se ha convertido en un hábito se realiza de una manera mucho más sencilla y automática. Así, si te has habituado a estudiar todos los días a una hora determinada, en un lugar determinado, te será mucho más fácil ponerte a estudiar. Puedes usar una agenda para organizarte mejor y anotar los horarios de clase, los de prácticas, el horario en que comenzarás y terminarás de estudiar, las páginas que vas a estudiar cada día, e incluso algunas notas relacionadas con tu rendimiento, como: "No domino del todo el tema 23: buscar más información en otras fuentes para entenderlo mejor", "Necesito volver a repasar el tema 15", "Preguntar al profesor…" 

Subraya o destaca lo más importante

Lee primero todo el texto tratando de captar las ideas principales y luego vuelve a leerlo subrayando las frases que mejor vayan resumiendo esas ideas. Así estarás usando el subrayado como un modo de hacer un resumen en el mismo libro o apuntes. Por lo general, el uso de un marcador para destacar las frases más importantes suele funcionar mejor que el subrayado a la hora de recordar.

Sé un buen pensador. Haz preguntas mientras lees

Pensar te ayuda a estudiar, a recordar y a entender mejor lo que estudies. En vez de limitarte a leer, memorizar o recitar el tema, usa tu mente y tu pensamiento mientras lees: hazte todo tipo de preguntas, pregúntate por qué, qué significa, qué implicación tiene, si se contradice con algo… Usa un pensamiento crítico mientras lees. Esto te ayudará a descubrir aquello que no entiendes bien, a relacionar lo aprendido con conocimientos previos, a entenderlo todo mejor y a saber si necesitas más información adicional para tener una idea más completa.

Explícalo con tus propias palabras

Cuando hayas terminado un tema o un determinado apartado, levántate de la silla y, mientras caminas por la habitación, trata de explicarlo con tus propias palabras. Si no puedes hacerlo, posiblemente se deba a que no lo has entendido bien o a que te falta información y solo estás recordando trozos aislados en vez de un todo coherente.





1 comentario:

  1. Hola!!! Estas técnicas suponen la comprensión de lo leído o escuchado. Comprender es lo primero y fundamental. Si no se comprende lo leído, lo subrayado, las notas marginales o el resumen, eso carecerá de valor. Con el tiempo es importante descubrir cuál es el método más apropiado para interiorizar los conceptos que se estudian. Es importante que se consiga la técnica que brinde mayor y mejor resultado y ponerla en práctica cada vez que se decida estudiar. Así se van formando los hábitos y se logra poner al máximo la capacidad de aprendizaje.

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