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viernes, 8 de marzo de 2013

Cambios en la imagen corporal.



                     
A lo largo del periodo intrauterino se desarrolla el proceso de dimorfismo sexual que culmina al final del embarazo con la diferenciación hipotalámico-hipofisaria. El gonostato queda diferenciado y latente hasta que el reloj biológico lo dispara en el momento de la pubertad. El cuerpo adquiere su naturaleza dimórfica con la aparición de los caracteres sexuales secundarios como resultado de la acción de las gonadotropinas en la maduración de las gónadas, las cuales aportan al caudal sanguíneo las hormonas responsables de los cambios.

Este evento puberal obliga a una restructuración de la identidad sexual en la medida en que el cuerpo es su pilar esencial. Por un lado los cambios físicos exigen, desde un punto de vista intrapsíquico, una redefinición de la identidad en función de la nueva imagen y de las nuevas funciones adquiridas. Por otro, la nueva imagen es puesta en relación con el medio social y generalmente comparada con los estereotipos de belleza.

La diferenciación sexual es, como hemos indicado, un proceso de desdoblamiento en dos formas a partir de momentos indiferenciados, homólogos para ambos sexos. Desde la propia biología podemos afirmar que cada persona es el resultado de su propio proyecto genético, por lo tanto, dentro de cada sexo existen una gran diversidad de morfologías que van desde las físicamente más ambiguas hasta las más estereotipadas. La imagen corporal debe ser integrada en la redefinición de la identidad que se produce en este momento. Sin embargo, es evidente que la cultura occidental es altamente exigente con la figura corporal en relación al modelo de belleza establecido, instrumentalizándola con fines comerciales. Por otro lado las personas que mejor se ajustan al modelo de belleza tienden a tener una "ventaja sociológica", mejor autoestima, mayor popularidad, mejor adaptación, como indica Cabot citado por López (1986). Desde un punto de vista preventivo y en nuestra opinión, la educación afectivo sexual debe promocionar un concepto de belleza diferente basado en el desarrollo y cultivo de los valores y cualidades que resulten atractivos y seductores para uno mismo y los demás, antes que un modelo puramente figurinista y estático de la imagen corporal.





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