La metáfora (del griego μεταφορά, formado a partir de la
preposición μετά, metá, «más allá, después de», y el verbo φορεῖν, phorein,
«pasar, llevar») consiste en la identificación entre dos términos, de tal
manera que para referirse a uno de ellos se nombra al otro.
El término es importante tanto en teoría literaria (donde
designa a un recurso literario) como en lingüística (donde es una de las
principales causas de cambio semántico). Se utiliza también en la teoría
psicoanalítica desarrollada por Jacques Lacan.
LA METÁFORA COMO
FIGURA RETÓRICA
La metáfora es una figura retórica que consiste en
denominar, describir o calificar algo a través de su semejanza o analogía con
otra cosa. Consta, pues, de tres elementos:
- El tenor o término real es aquello de lo que en realidad se habla;
- El vehículo o término imaginario es algo que se asemeja al término real;
- El fundamento es la semejanza entre el tenor y el vehículo.
- Así, en la predicación metafórica «Tus ojos son el mar», el sintagma los ojos es el tenor; el mar es el vehículo y el fundamento es el color azul oscuro de los ojos.
La metáfora se diferencia de la comparación (que también
asocia dos términos en función de su semejanza) porque en vez de relacionar
dichos términos mediante verbos que indican semejanza («Tus ojos se parecen al
mar») u oraciones comparativas («Tus ojos son como el mar»), los une mediante
el verbo ser («Tus ojos son el mar») o convirtiendo uno de los términos en
complemento del nombre («El mar de tus ojos») o aposición («Tus ojos, el mar»)
del otro. Dado que esta diferencia es formal, muchos teóricos optan por tratar
la comparación (o símil) y la metáfora como un único fenómeno, denominado a
veces imagen.
La metáfora en la que aparecen ambos términos se denomina
metáfora explícita. Cuando el término real no aparece, se la denomina metáfora
implícita («Los lagos de tu rostro»).
Al expresar algo a partir de otra cosa, se establece (o
descubre) una correspondencia (la semejanza) entre los términos identificados.
Esta puede ser trivial o resultar sorprendente, en cuyo caso las palabras que
expresan el término imaginario adquieren resonancias inesperadas.
A lo largo de la historia de la literatura, se observa una
progresión en la semejanza, que en un primer momento se refiere a aspectos
sensibles como la forma y el color, pero va volviéndose más abstracta, hasta
alcanzar un caso límite (la imagen visionaria) en que lo único que resulta
semejante entre el término real y el imaginario es la emoción que ambos
suscitan en el poeta.
LA METÁFORA EN
LINGÜÍSTICA
La metáfora es una de las vías de cambio semántico más
comunes. A menudo el uso metafórico de alguna palabra coexiste con el literal
hasta adquirir rango propio: la falda de la montaña recibe este nombre por su
parecido con las faldas, las patas de los muebles por las patas de los
animales, el ratón del ordenador por el pequeño mamífero roedor, etc.
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