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martes, 5 de marzo de 2013

MAESTROS SIN EXPERIENCIA PREVIA EN EL TRABAJO DE EQUIPO. UPSSS.. ME EQUIVOQUE ALUMNOS!!!

Alumnos sin experiencia previa en el trabajo en equipo 

Los equipos van a necesitar tiempo para acoplarse y funcionar eficazmente. Para muchos estudiantes es una experiencia novedosa, por lo que podrán presentar resistencias. 

Normalmente los equipos atraviesan diversas etapas: 

Inicio: predomina el optimismo, los miembros se sienten ilusionados con el proyecto que se les ha encomendado; se conocen poco pero las relaciones son cordiales, todos ponen de su parte para evitar conflictos. 

Primeras dificultades: el trabajo se complica y surgen las primeras dificultades lo que origina tensión y roces entre sus miembros; las diferencias de carácter y personalidad asoman. 

Ajuste: los miembros están conscientes de que están obligados a entenderse si quieren sacar el proyecto adelante. Esto les obliga a tratar de superar los enfrentamientos personales. Por otra parte, los miembros perciben que, aunque con dificultades, el proyecto va avanzando lo que permite recuperar cierto optimismo. 

Madurez: el equipo está unido, controla el trabajo y sus miembros han aprendido a trabajar juntos (conocen los puntos débiles de sus compañeros y evitan herir sensibilidades). El equipo entra en una fase muy productiva. 

Agotamiento: buena parte del proyecto ya está realizado, quedan aspectos menores y los miembros del equipo comienzan a perder ilusión en el mismo. El rendimiento puede volver a caer y es posible que vuelvan a surgir rivalidades. Llega el momento de ir cerrando el proyecto e ir liquidando el equipo, quedando únicamente aquellas personas necesarias para terminar el trabajo. 

Conociendo este desarrollo, es conveniente al principio no presionar en exceso al equipo, darle tiempo para que se vaya integrando. Un equipo que empieza funcionando bien tiene más posibilidades de tener éxito. Por el contrario, un equipo que comienza con problemas y tensiones es muy probable que entre en una espiral negativa de la que difícilmente salga. 
Actitudes a promover 

El profesor y el guía deben promover las siguientes actitudes entre los alumnos: 

Espíritu de equipo: debe dejar atrás sus aspectos personales (algo que no resulta fácil) y anteponer el interés del equipo. Hay que tener presente que el éxito de un equipo de trabajo no va a depender del trabajo individual de cada uno de sus miembros sino de la coordinación de sus actividades, del saber apoyarse unos a otros. 

Colaboración entre todos los miembros del equipo. 

Respeto: los alumnos deben de aprender a defender sus puntos de vista con firmeza, pero sin menospreciar otras opiniones. 

Responsabilidad: cada miembro acepta sus obligaciones, responde a los mismos, y cuando algún miembro falla éste asume las consecuencias y propone soluciones. 

Cohesión del equipo 

Los equipos de trabajo más eficientes son en los que existe una gran cohesión entre sus miembros, que se expresa en que se sienten orgullosos de pertenecer al mismo. 

En contraste puede haber equipos disgregados, que es prácticamente lo mismo que una ausencia de equipo. Aquí cada miembro actúa por su cuenta, sólo le interesa su interés particular y no el del equipo. En esta situación es prácticamente imposible funcionar eficazmente. El profesor deberá intervenir disolviendo el equipo. 

La cohesión no es algo que tiende a surgir de forma espontánea, es necesario que el profesor y el guía la propicien y trabajen con las siguientes estrategias: 

Conflictos 

• En el desarrollo de un equipo de trabajo es frecuente que en algún momento puedan surgir conflictos personales, lo que en si no tiene mayor importancia ya que es normal que en una relación intensa y prolongada 

• El problema se presenta cuando este conflicto termina generando un enfrentamiento grave entre dos o más miembros del equipo, porque imposibilita el avance del proyecto. 

Ante un conflicto se dará un margen prudencial (no mayor a una semana) a los alumnos enfrentados para que ellos mismos resuelvan sus diferencias (siempre hay que tratarlos como adultos). 

Si el asunto sigue sin resolverse el guía intervendrá con la asesoría del profesor-facilitador, hablando con las personas implicadas, advirtiéndoles que no va a tolerar comportamientos que pongan en peligro el proyecto. 

Si el conflicto persiste, el profesor tomará cartas en el asunto, informándose previamente con detalle de lo sucedido y adoptando a continuación la decisión que estime oportuna. Una sanción puede ser expulsar del equipo a los dos miembros enfrentados, asignándoles un trabajo individual. 

Motivación 
La motivación hace referencia a todas las actuaciones del encaminadas a estimular a los alumnos para conseguir de ellos un fuerte compromiso con su trabajo. Cuando un profesor introduce el trabajo en equipo deberá aplicar un doble esquema de motivaciones: uno dirigido al equipo y otro dirigido al alumno individual. 

Para motivar al equipo: 

• El profesor-facilitador debe exigir unos resultados determinados pero debe conceder margen de actuación. 

• Resulta muy motivante para el equipo el ir alcanzando metas parciales, aunque sean pequeñas. De ahí la importancia de no fijar únicamente una gran meta final, sino de establecer también objetivos intermedios que el equipo pueda tratar de alcanzar con cierta rapidez. Un éxito temprano contribuye a aumentar la autoconfianza del equipo.

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