By on 15 octubre 2007
Hace
muy poco tiempo me comentaba un colega, entre risas, que si una red social era
una red para atrapar personas.
La verdad
es que no le faltaba razón. Muchas redes sociales buscan eso, personas; cuantas
más personas mejor. El objetivo es tener muchas visitas, ese es el negocio,
como cualquier otro medio de comunicación. A más visitas más audiencia y por
consiguiente más ingresos por publicidad.
Hace una década se intentó
aglutinar personas en torno a una aplicación on-line desarrollando lo que se
denominaban portales; la clave era sacar un portal sobre el que existiera un
gran interés; por ejemplo el portal de la salud. Los contenidos de ese portal
(recursos) eran aportados por expertos de renombre; además debían contener una
gran cantidad y variedad de recursos de calidad. Todo esto fue la razón por la
cual el coste del portal era muy elevado; se pensó que los portales eran la
clave y muchas compañías invirtieron en el desarrollo de los mismos. El nombre de “Portal” hacía
hincapié a la cantidad y variedad de recursos que contenía y a la forma de
presentarlo (un
portal es lo que hay antes de entrar en las distintas piezas de una casa). Poco
a poco se vió que eso no era la panacea, no se conseguía una gran audiencia
(visitas), razón por la cual se abandonó la inversión y por tanto el
mantenimiento de los mismos.
Sin embargo, había algunos
portales que crecían y crecían sin parar, tanto en recursos como en personas
(visitas); la diferencia con los anteriores era la estrategia de desarrollo del
portal; los recursos (contenidos) eran aportados por los propios usuarios del
portal; cada persona aportaba unos pocos recursos, normalmente útiles (un buen
ejemplo fue “el rincón del vago” donde distintos alumnos aportaban los trabajos
que habían realizado); a este tipo de portales se les comenzó a denominar redes sociales, para hacer más
hincapié en la estrategia de desarrollo más centrada en la cooperación entre
las personas. La
cooperación no era la única diferencia, había otras importantes como el coste
de creación (que era muy pequeño, ya que normalmente era una simple página web
que desarrollaba una única persona); el mantenimiento (que se aseguraba por la
creciente participación de las personas) y la utilidad, ya que más que recursos
elaborados por expertos, eran recursos elaborados por personas a las que el
recurso les había resultado útil.
Hoy en día
las redes sociales se engloban en lo que se denomina web 2.0, que no es más que
una visión cooperativa de desarrollo web (la estrategia), una serie de software
para el desarrollo (blogs, wikis y redes), recursos a compartir y un contexto
donde aplicar los recursos.
Como decía
mi amigo, hay redes sociales que buscan “pescar” personas, evidentemente “el cebo”
son los recursos o las posibilidades que le ofrece la red social.
Muchas
redes sociales comienzan de forma altruista; pero cuando tienen éxito éstas son
adquiridas por grandes compañías; precisamente porque tienen “atrapadas” a
muchas personas.
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