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En 1973 en
la ciudad de Estocolmo, en un asalto bancario, los ladrones retuvieron a los
empleados del banco durante varios días. Al momento de la liberación un
periodista fotografió el instante en que una de las rehenes y uno de los captores
se besaban. Este hecho sirvió para bautizar como "Síndrome de
Estocolmo" ciertas conductas "extrañas" que demuestran afecto
entre los captores y sus rehenes.
Este fenómeno ha sido tan tergiversado, que se piensa que es una "enfermedad" que le pasa a "todas" las personas que atraviesan por una situación de cautiverio. Con frecuencia se convierte en una de las mayores preocupaciones expresadas por los familiares y los secuestrados después de la liberación.
Tanto el
exsecuestrado como sus allegados se preguntan con temor si algunos de los
sentimientos de gratitud o aprecio hacia sus captores, forman parte de la
sintomatología del síndrome y se suele creer, equivocadamente, que el
exsecuestrado lo está padeciendo.
Desde la
perspectiva psicológica, este síndrome es considerado como una de las
múltiples respuestas emocionales que puede presentar el secuestrado a raíz de
la vulnerabilidad y extrema indefensión que produce el cautiverio, y aunque
es una respuesta poco usual, es importante entenderla y saber cuándo se
presenta y cuándo no.
En
realidad este síndrome sólo se presenta cuando el plagiado se
"identifica inconscientemente con su agresor, ya sea asumiendo la
responsabilidad de la agresión de que es objeto, ya sea imitando física o
moralmente la persona del agresor, o adoptando ciertos símbolos de poder que
lo caracterizan". (Skurnik, 1987:179)Por ser un proceso inconsciente la
víctima del secuestro siente y cree que es razonable su actitud, sin
percatarse de la identificación misma ni asumirla como tal.
Cuando
alguien es retenido contra su voluntad y permanece por un tiempo en
condiciones de aislamiento y sólo se encuentra en compañía de sus captores
puede desarrollar, para sobrevivir, una corriente afectiva hacia ellos.
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Esta
corriente se puede establecer, bien como nexo consciente y voluntario por
parte de la víctima para obtener cierto dominio de la situación o algunos
beneficios de sus captores, o bien como un mecanismo inconsciente que ayuda a
la persona a negar y no sentir la amenaza de la situación y/o la agresión de
los secuestradores. En esta última situación se está hablando de Síndrome de
Estocolmo.
Lo que se
observa en la mayoría de los casos es una especie de gratitud consciente
hacia los secuestradores, tanto en los familiares como en los individuos.
Agradecen el hecho de haberlos dejado salir con vida, sanos y salvos y a
veces recuerdan - sobre todo en las primeras semanas posteriores al regreso -
a quienes fueron considerados durante ese trance,, o tuvieron gestos de
compasión y ayuda. Es comprensible, bajo estas circunstancias que cualquier
acto humano (no necesariamente humanitario) de los captores pueda ser
recibido con un componente de gratitud y alivio apenas natural.
Para
detectar y diagnosticar el síndrome de Estocolmo, se hacen necesarias dos
condiciones:
1. Que la
persona haya asumido inconscientemente, una notable identificación en las
actitudes, comportamientos o modos de pensar de los captores, casi como si
fueran suyos.
2. Que las
manifestaciones iniciales de agradecimiento y aprecio se prolonguen a loo
largo del tiempo, aún cuando la persona ya se encuentra integrada a sus
rutinas habituales y haya interiorizado la finalización del cautiverio.
RECOMENDACIóN
Es importante que no sólo la persona secuestrada sino su familia, puedan
reconocer lo que les está sucediendo y entiendan tanto emocional como
racionalmente cuales son las posibles reacciones, que surgen como respuestas
a un evento avasallador. Reacciones como el mal llamado "Síndrome de
Estocolmo", comprendidas y manejadas con ayudas profesional, pueden ser
superadas.
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jueves, 7 de marzo de 2013
SINDROME DE ESTOCOLMO
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Hola!! Linda.... Nunca había escuchado de este síndrome muy buena información, Al leerlo me doy cuenta de que este síndrome también puede encontrarse en otros casos, incluyendo aquellos como la violencia de género, violación y abuso de menores. Tu muy bien,,
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