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viernes, 26 de octubre de 2012

Español

Diferencias fonéticas

         El acento de intensidad prevaleció sobre el ritmo cuantitativo del latín clásico. Las vocales largas se hicieron cerradas; y se convirtieron en abiertas  las breves, quedando reducidas a siete las diez vocales del latín clásico.

         Las breces átonas e, i se transformaron en semiconsonantes y dieron origen al elemento fónico yod, que hace surgir a los elementos platales, como la ll y la ñ, ignorados en el latín literario.

         En el latín vulgar se observan características que pasan a las lenguas romances y que antes no existían: cambio del diptongo au en o (orum, por aurum) y de i breve en e  (bebo por bibo y frecare por fricare)

Diferencias morfológicas

Desaparecieron las cinco declinaciones clásicas, sustituyéndose las desinencias casuales por preposiciones; el comparativo clásico (brevior) fue reemplazado por una circunlocución (magis Breve), a las formas pasivas simples sucedió una perífrasis; y el futuro imperfecto (amobo) fue sustituido por el infinitivo y la correspondiente forma del verbo habére  (amare-habeo> amaré; amare-habetis> amaréis, etc.)

En el latín vulgar surge el artículo y, para ello se acude a los demostrativos, considerados como simples acompañantes del sustantivo Ej.: ille homo: el hombre, illa mensa: la mesa.

Diferencias Sintácticas

         Fueron evitándose paulatinamente las transposiciones o interpolaciones de palabras entre dos vocablos concordantes, hasta que el hipérbaton desapareció por completo en el latín vulgar.

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