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viernes, 26 de octubre de 2012

ANÁLISIS REFLEXIVO SOBRE EL MITO DE LA CAVERNA – Educación Nivel Medio Superior


Titular – Mario Alberto Díaz Villanueva (Tema 1)
"EL MITO DE LA CAVERNA"

El Mito de la Caverna (Libro VII de "La República) es una narración alegórica con la que Platón nos explica su teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible, el de las apariencias (que percibimos por los sentidos) y el mundo de las ideas, el verdadero (solo alcanzable mediante la razón) Describe, metafóricamente, la situación que guarda el ser humano ante estos dos mundos del conocimiento. Dentro de una caverna se encuentran, desde su nacimiento, unos prisioneros encadenados de cuello y piernas, sólo pueden mirar hacia el muro del fondo, detrás de ellos hay una hoguera encendida, y entre ésta y ellos un camino escarpado, a lo largo de éste, hay un muro de cierta altura por donde pasan unos hombres con toda clase de objetos que asoman por encima de él. En el muro del fondo se proyectan las sombras de estos objetos y de los hombres que los portan. Es lo único que pueden ver y que han visto los prisioneros durante toda su vida. Uno de los prisioneros logra liberarse y sale de la caverna, conociendo por primera vez las cosas reales. Deslumbrado por la luz del sol, no logra distinguir entre lo verdadero y lo que creía verdadero.


Mediante el razonamiento, logra distinguir entre la idea que tiene de las cosas y lo que realmente son las cosas. En este diálogo con Glaucón, Platón hace una "analogía metafórica: Los prisioneros atados representan a los seres humanos en estado de ignorancia; las sombras proyectadas, son las apariencias, lo que creemos que son, el mundo sensible; lo que está afuera de la caverna, la luz (el sol) es el conocimiento verdadero. El prisionero liberado representa al filósofo, el sabio, el que deberá guiar a los hombres ignorantes hacia el conocimiento verdadero a través de la razón. Como en toda la obra de Platón, utiliza la "mayéutica", método socrático que consiste en hacer preguntas al discípulo para que éste vaya descubriendo el conocimiento latene en él. Recordemos que para Platón, nacemos sabiendo, lo que hay que hacer es sacar el conocimiento, con la guía de un maestro al que llama "partero de almas". 

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