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lunes, 22 de octubre de 2012



COMUNICACIÓN ESTRATEGIA DE ENSEÑANZA PARA EL APRENDIZAJE ENTRE MAESTROS Y ALUMNOS DE SECUNDARIA

La escuela es una experiencia importante que organiza la vida de la mayoría de los adolescentes puesto que ofrece oportunidades para obtener información, dominar nuevas habilidades y perfeccionar las viejas, también pueden participar en actividades artísticas, deportivas y entablar nuevas amistades. Sin embargo ¿por qué existen adolescentes que la escuela la observan como una barrera hacia su crecimiento personal y social? Se podría responder debido al tipo de pensamiento que desarrollan; por ejemplo el psicólogo David Elkind, 1984  identifica ciertos comportamientos y actitudes inmaduros:

La búsqueda de fallas en las figuras de autoridad: los adolescentes ahora descubren que los adultos a quienes una vez veneraron y su mundo, se apartan de sus ideales y se sienten obligados a expresarlo. Tendencia a discutir: el adolescente busca constantemente la oportunidad de encontrar y demostrar sus nuevas habilidades de razonamiento. La suposición de invulnerabilidad: es decir la creencia de los adolescentes en la que ellos son especiales, su experiencia es única y no están sujetos a las reglas que gobierna el resto del mundo.

La autoconciencia: debido a la preocupación de su propio estado mental, con frecuencia los adolescentes suponen que los demás también están pensando en lo que ellos piensan: en sí mismos. Es así como el docente en el aula se puede enfrentar a este tipo de comportamientos creando así una barrera entre ambos, sin embargo no se debe olvidar el medio en cual se desarrolla el aprendizaje, ya que según Flavell. Piaget, en esta etapa de niñez intermedia, plantea el desarrollo del razonamiento formal que si es preciso resulta bien, sin embargo existen logros entre la niñez intermedia y la adolescencia, como la acumulación gradual de conocimientos, la pericia en campos específicos, el progreso en la capacidad de procesamiento de la información y el crecimiento en la metacognición, la conciencia y el monitoreo de sus estrategias mentales.

Lo anterior nos indica que el docente también debe comprender estas características del adolescente, entendiendo que pertenece a un grupo, al cual transmitirá toda una serie de conocimientos; por lo tanto es más factible que facilite una comunicación adecuada con su grupo para entender sus actitudes y su nivel de razonamiento. Por otro lado Green y Weade comentan que en las clases se realizan reformulaciones constantes, y que su calidad y riqueza dependen de “la comprensión y capacidad de ajuste a las normas que rigen este tipo específico de intercambio comunicativo de carácter asimétrico”. 

Es decir, que el maestro puede moverse en tres estructuras que a su vez favorecen o perjudican su relación con el alumno: una estructura social (quién puede hablar, a quién, cuándo, de qué manera, sobre qué, para qué); una estructura de contenido académico (temas, información académica y demandas de la tarea); y una estructura de actividad a la que denomina contexto (que tipo o formato de actividad esta ocurriendo en cualquier punto dado de la lección).
De acuerdo a esta variedad de estructuras, también dice que: “cada acontecimiento en el aula tiene su propio contexto incluye un tipo de actividad que tiene su espacio físico, su tiempo determinado y su propio conjunto de roles, relaciones, normas, derechos y obligaciones para la participación”; por tanto los contextos son cambiantes, no se deciden por completo de antemano, sino que van fluyendo y son fruto de la negociación”. Así también Brousseau maneja la trilogía: maestro, alumno, saber, para analizar las relaciones que se establecen entre los sujetos del acto educativo a través de la acción de negociar o pactar en lo cotidiano del aula.
Por otra parte, y en relación a las relaciones que se establecen dentro del aula para la apropiación del conocimiento, Edwards y Mercer 1987 cometan que “ todos los participantes tienen que realizar esfuerzos para logar espacios comunes de entendimiento, significados colectivos, contextos mentales y términos de referencia compartidos, tras una actividad permanente de negociación en los que inevitablemente hay cesión de intereses por una y por otra parte, y sin la que no sería posible acometer los objetivos y tareas escolares”.

Debido a lo anterior se deduce que el maestro debe crear un ambiente de negociación para facilitar la comunicación y favorecer el aprendizaje, por lo tanto poseer también cierto perfil, a lo cual indica que el perfil del egresado se agrupa en cinco grandes campos: habilidades intelectuales específicas, dominio de los propósitos y los contenidos de la educación secundaria, competencias didácticas, identidad profesional y ética, y capacidad de percepción y respuesta a las condiciones sociales del entorno de la escuela. 

Se asume también ciertas características del egresado: sabe diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas, adecuadas a las necesidades, intereses y formas de desarrollo de los adolescentes, así como a las características sociales y culturales de éstos y de su entorno familiar, con el fin de que los educandos alcancen los propósitos de conocimiento, desarrollo de habilidades y formación valoral establecidos en el plan y programas de estudio de educación secundaria. 

Se puede concluir que en el ámbito escolar la comunicación establecida en el aula es primordial para la relación entre maestro y alumno, dependiendo de esta puede favorecer o entorpecer el aprendizaje, recordando que el adolescente por la etapa de desarrollo mental, físico y emocional en la que se encuentra constantemente cuestionara su postura como docente, es decir puede juzgar su forma de pensar y actuar, por otro lado utilizará estrategias (la negociación) para lograr los objetivos que se proponga. Es aquí la habilidad del docente para manejar esta negociación a favor del aprendizaje y lograr a nivel individual y grupal la asimilación, acomodación y adaptación de los conocimientos impartidos en el aula.

El interés por realizar este estudio es para investigar si una relación adecuada del alumno con el maestro, favorece un aprendizaje significativo reflejado en el aprovechamiento académico.

Actualmente detecto a los adolescentes con un mayor interés y motivación por la materia cuando existe un ambiente favorable en el aula, esto es debido a que el docente ha fomentado el respeto, la confianza y una relación estrecha con el alumnado, lo que da como resultado la admiración de los alumnos hacia su maestro y un mayor interés por la materia, que a pesar de la complejidad del conocimiento desarrollan una comunicación cercana que permite el enfrentar retos y generar propuestas para lograr el aprendizaje deseado.

Por lo tanto se pretende diseñar un cuestionario aplicado a estudiantes de secundaria, para explorar la percepción, tipo de lenguaje e imagen del docente. Posteriormente observar si la relación positiva entre maestro-alumno, favorece al desempeño exitoso en la materia.

Este estudio tiene la finalidad de conocer cuales son las conductas favorables que existen en el docente para lograr una comunicación asertiva con el alumno, y poder aportar diferentes estrategias de enseñanza a partir de un entendimiento mental y personal del adolescente aumentando las habilidades, capacidades y mejorando las actitudes dentro del aula para lograr un desarrollo óptimo en el aprendizaje escolar.

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