Ver para creer.
Phillippe es un aristócrata
tetrapléjico que está en búsqueda de alguien que lo cuide día y noche; Driss,
un joven senegalés que acaba de salir de la cárcel y que lo único que pretende
al ir a la entrevista en la casa de Philliippe, es conseguir que le firme un
documento que acredite que estuvo presente sólo para asegurarse el subsidio de
desempleo. Lo cierto es que el estilo apabullante, cómico, honesto y
políticamente incorrecto del joven africano, genera en el dueño de la casa,
cierta atención. Su incapacidad le impide firmar en ese momento el famoso papel
que Driss necesita, por lo que lo invita a venir el día siguiente, a retirarlo.
Driss va a ver a su familia en
las afueras d París, donde su tía lo echa de casa, por su ausencia de 6 meses,
por lo que tiene que pasar la noche en la calle, para regresar al día siguiente
a la casa de Phillippe, a retirar el famoso documento, pero la suerte estará de
su lado cuando, después de dormir en un tren, se encuentra con una asistente
que le dará un recorrido por la mansión y le enseñará las obligaciones y tareas
que requiere phillippe, por su discapacidad. Phillippe decide contratarlo a
prueba, por un mes.
La relación entre ambos aflora
prontamente, Driss, sin titubeos, va directo al grano cuando no le gusta;
Phillippe decide que aquél es la persona idónea para cuidarlo, a pesar de que
sus amigos no estén de acuerdo, y es así como surge una amistad tan dispar y
complementaria como pocas. Las vidas opuestas se nutren y hacen de cada uno,
una mejor persona, a pesar de las diferencias económicas y sociales. Cada uno
aprende del otro, y juntos exploran los miedos, las dudas y el misterio que les
depara la vida.
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