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domingo, 24 de febrero de 2013

UNA REFLEXIÓN COMPAÑEROS DE ¿QUÉ SIGNIFICA SER DOCENTE?



SER DOCENTE:

¿Qué significa ser docente?, sencilla pregunta con múltiples respuestas todas ellas multifacéticas propias de la naturaleza humana, cada una con una historia de vida marcada por el contexto sociocultural donde nació, se desarrolló y. . . simplemente donde nos tocó vivir, pero por qué menciono esto? Pues porque es la historia de vida la que determina lo que en un futuro hemos soñado ser como profesionistas, claro está si es que en nuestra mente pasó llegar a ser un profesionista y más aún los papás pudieron cumplir con ese deseo, pero quien realmente abrazo la docencia como forma de vida yo creo muy pocos, sin embargo desde que se decide ser maestro en automático presionamos un botón para estar en constante actualización toda la vida. La práctica docente requiere de un compromiso de vida por ser el maestro un agente social que desarrolla su labor con material humano, moldeable a sus formas de ser, sentir, pensar y actuar, dicho trabajo está expuesto constantemente a las características socioculturales del contexto donde se encuentre, haciendo aún más complicada su labor es una praxis social, objetiva e intencional donde diversos factores confluyen para dar paso a la entramada red de significados que la hacen ser única; los maestros, alumnos, padres de familia, autoridades educativas, aspectos político-institucionales, administrativos y normativos son todos ellos agentes implicados que conforman un imperfecto rompecabezas que delimitan la función del docente por las relaciones inherentes que se suscitan dentro de ella. 

El docente tiene en su quehacer cotidiano una relación de persona a persona, crea sin proponérselo un vínculo intimo con los niños, los padres de familia, la comunidad y los docentes con quien comparte los espacios escolares normados por una Institución de carácter político-educativo dichos agentes son sujetos activos, pero es el docente el que determina en base a su participación, su realidad y las condiciones que tenga en ese momento como va a actuar; al ser un sujeto activo por consecuencia se vuelve reflexivo de su propia práctica, preguntas como: por qué para qué y cómo enseño? Son constantes en el devenir cotidiano, dicha reflexión lleva a una confrontación de las ideas, los conocimientos y las convicciones propias con las ideas y convicciones de los demás todo este proceso genera poco a poco transformaciones en la práctica cotidiana siendo el diálogo un elemento indiscutible que implica la explicitación y confrontación de las ideas expresadas, la libertad para manifestar dudas desconocimiento y las intenciones de conocer, de entender y de avanzar en la búsqueda de las mejores formas de enseñanza llevan al docente a recuperar los dos grandes elementos que como punto de partida existen en el trabajo cotidiano, uno de ellos la experiencia y el otro su saber pedagógico. 

Son la experiencia y el saber pedagógico los ingredientes esenciales que cada docente tiene para desglosar los elementos que permiten la reconstrucción de la práctica docente, misma que se dimensiona en seis rubros interconectados, incapaces de existir en solitario, están tan estrechamente articulados que la sola idea de soltar a uno de ellos, es motivo para que la praxis educativa no sea praxis. Partiendo de que la práctica docente es esencialmente humana, y que sus componentes son sujetos activos tenemos ante nosotros seres imperfectos e inacabados con ideales, motivos proyectos y circunstancias de vida personal que determinan la profesionalización de la docencia por ello el reflexionar sobre la dimensión personal implica reconocerse como un ser histórico, capaz de lograr cambios, ya que este reconocimiento se desarrolla dentro de una organización donde la socialización es fundamental porque reconoce que las decisiones del maestro están cada vez más determinadas por la dimensión institucional y lo que representa la práctica de cada maestro, determina las formas de comportamiento y de comunicación entre colegas y autoridades que en cada escuela construyen una cultura profesional, determinados saberes y prácticas de enseñanza reguladas por el contacto con otros colegas, de esta forma el contexto institucional condiciona la praxis desde la administración del sistema educativo, la diversidad de metas , los intereses y las ideologías frente a la enseñanza así como las preferencias políticas construyen las relaciones interpersonales que dan por resultado un ambiente relativamente estable que influye de manera importante en la disposición y el desempeño de los maestros como individuos, sabedores que un ambiente hostil no es nada recomendable para cualquier relación humana todos los actores educativos deben construir una plataforma donde se den las mejores condiciones laborales para que pueda de esta forma la dimensión interpersonal tomar su papel como mediador de las necesidades de todos. Dichas dimensiones son inherentes al desempeño docente no podemos desprendernos de ellas ya que sin estas estaríamos divagando nuestra profesión de vida.

1 comentario:

  1. Interesante reflexión, me gusto el toque que le das además, de la visión con la que nos la presentas, gracias por el articulo.

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