Así como los varios países del mundo buscaron un día ser
independientes, e intentar valerse por sí mismos y con ayuda de la organización
en sus habitantes, así en la escuela los alumnos deben
intentar (o si no lo hacen, el profesor procurar que así sea) valerse por sí
solos. “Cada día el profesor debe ser
menos necesario en la vida de los alumnos” (Tomlinson, 2003).
No resulta extraño observar en las escuelas a los
profesores haciéndola de formuladores y descifradores en cada actividad que
aplican. Lo más triste en estos casos es que no se permite al alumno la
oportunidad de acertar o equivocar. El empirismo en su máxima expresión.
Una pista importante sería: acompaña a tu alumno en el
camino, pero deja que él camine sin tomarte de la mano. Habrá ocasiones en que
la situación amerite una exploración de sus habilidades y una potenciación
quizás de las mismas.
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