Un profesor que comprende las necesidades del espacio para aprender, reconoce también las de la enseñanza.
No es necesario convertirse en el único agente portador de conocimientos (además no es verdadero este pensamiento), hay que dar la libertad a los alumnos de que se enseñen entre sí. El constructivismo es la corriente educativa que expresa todo lo que pude mencionar anteriormente. La práctica de todas las recomendaciones de dicha corriente, ha de ser el reto de cualquier profesor (obviamente en conjunto a sus alumnos), y seguramente no sea fácil lograrlo, pero tampoco imposible.
Pueda funcionar, tal vez, involucrar en toda actividad a los alumnos. Sabemos que cada cabeza es un mundo, pero al mismo tiempo todas las cabezas del grupo aportarán una clara solución al problema o situación presentes.
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