"Los seres humanos
estamos necesitados de convivir y por tanto de aprender a tomar contacto con lo
nuestro y a escuchar y consentir a los demás. Las emociones involucradas en
adentrarnos en nuestra personalidad y en abrir nuestro corazón a recibir de los
otros supone y sugiere un aprendizaje intelectual y sensible fuerte y
emocionante, a veces lento y paciente. Quizás por eso nuestro mundo moderno
atrapado por la rapidez, la eficiencia, la productividad y la competitividad se
ocupa poco de aprender a convivir y por eso arrastra las consecuencias de
compartir poco y de convivir a veces con la tortura."
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