Dale vida a los sueños que alimentan el alma, nunca los confundas con realidades vanas. Aunque tu mente sienta necesidad, humana, de conseguir las metas y de escalar montañas, nunca rompas tus sueños, porque matas el alma. Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco, no los dejes que mueran de hastío, poco a poco, no les rompas las alas, que son de fantasía, y déjalos que vuelen contigo en compañía. Dale vida a tus sueños y, con ellos volando, tocarás las estrellas y el viento, susurrando, te contará secretos que para ti ha guardado y sentirás tu cuerpo con caricias, bañado, del alma que despierta para estar a tu lado. Dale vida a los sueños que tienes escondidos, descubrirás que puedes vivir estos momentos con los ojos abiertos y los miedos dormidos, con los ojos cerrados y los sueños despiertos.
El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace. Tolstoi
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