ROL DEL PROFESOR
Por
otro lado, tengo que destacar que este rol es muy importante, los maestros,
ante todo, son facilitadores del aprendizaje, es decir, ya no son únicamente
transmisores de conocimientos sino que, gracias a las nuevas tecnologías, se
convierten en facilitadores, proveedores y buscadores de recursos para su
alumnado.
Y
por último, destacar que son los encargados de desarrollar los materiales y de
diseñarlos de acuerdo a los objetivos que se proponen y teniendo en cuenta los
cambios que se están produciendo en los recursos educativos. Además, son ellos
los encargados de supervisar todo el proceso de enseñanza y aprendizaje,
diagnosticar las necesidades de los alumnos, ayudar a los alumnos en sus problemas
y realizar un seguimiento de las diferentes actividades desarrolladas en el
aula.
En
definitiva, el papel del profesor en estos nuevos escenarios de aprendizaje
sigue siendo muy importante ya que será el encargado de proporcionar los medios
y recursos necesarios a su alumnado, así como, dirigir, orientar y supervisar
todas las actividades y proyectos realizados por los mismo.
Por
tanto, podemos concluir que se ha pasado de un profesor meramente transmisor de
conocimientos hacia un profesor facilitador de recurso, guía y participante del
proceso de enseñanza, y además de un profesor demasiado controlador a otro que
permite que el alumno sea el responsable y que propicia un aprendizaje más
autónomo.
LOS FORMADORES ANTE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
La actual Sociedad de la Información, caracterizada por el uso generalizado
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todas las
actividades humanas y por una fuerte tendencia a la mundialización económica y
cultural (ver http://www.peremarques.net/si.htm y cuadro-1), exige de todos los
ciudadanos nuevas competencias personales, sociales y profesionales para poder
afrontar los continuos cambios que imponen en todos los ámbitos los rápidos
avances de la Ciencia y la nueva "economía global" (ver .
El impacto que conlleva el nuevo marco globalizado del mundo actual y sus
omnipresentes, imprescindibles y poderosas herramientas TIC, está induciendo
una profunda revolución en todos los ámbitos sociales que afecta también, y muy
especialmente, al mundo educativo. Estamos ante una nueva cultura que supone
nuevas formas de ver y entender el mundo que nos rodea, que ofrece nuevos
sistemas de comunicación interpersonal de alcance universal e informa de
"todo", que proporciona medios para viajar con rapidez a cualquier
lugar e instrumentos tecnificados para realizar nuestros trabajos, y que presenta nuevos valores y normas de
comportamiento. Obviamente todo ello tiene una fuerte repercusión en el ámbito
educativo:
Ante la efervescente y cambiante sociedad actual, las necesidades de
formación de los ciudadanos se prolongan más allá de los primeros estudios
profesionalizadores y se extienden a lo largo de toda su vida. La formación
continua resulta cada vez más imprescindible, tanto por las exigencias
derivadas de los cambios en los entornos laborales como también para hacer
frente a los cambios que se producen en los propios entornos domésticos y de
ocio.
Crece la importancia de la educación informal a través de los medios de
comunicación social y muy especialmente Internet. Aunque los conocimientos
adquiridos ocasionalmente a través de estos medios muchas veces resultan
desestructurados y poco precisos, la cantidad de tiempo que las personas les
dedican y las infinitas posibilidades de acceso a atractivas informaciones
multimedia que proporcionan (periódicos y revistas, películas, programas TV,
informativos de actualidad, reportajes, todo tipo de páginas web, juegos.
Todo se revisa, todo cambia: los objetivos y los programas de las
instituciones formativas (que entre otras cosas incluye la alfabetización
digital), las infraestructuras físicas y tecnológicas, la organización y
gestión de los centros, los materiales formativos y las metodologías que se
utilizan.
Aparecen nuevos entornos formativos en el ciberespacio, que liberan a los
estudiantes y profesores de la exigencia de coincidencia en el tiempo y en el
espacio, y facilitan así el acceso a la formación en cualquier circunstancia a
lo largo de toda la vida. Los nuevos sistemas de formación on-line
(aprovechando los recursos informáticos y el ciberespacio) mejoran con mucho
las prestaciones de la enseñanza a distancia tradicional, que solamente
disponía del correo, el teléfono y la radiotelevisión como canales de
comunicación y difusión de los recursos didácticos audiovisuales y en papel
(ver http://www.peremarques.net/telefor.htm).
Y por supuesto todo ello exige nuevas competencias profesionales para los
formadores.
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