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SOCIEDAD EDUCACIÓN CONOCIMIENT OS Y MÉTODOS DESARROLLO TIPO DE HOMBRE
Figura 1. Esquema que muestra los elementos de la diada educación y desarrollo.
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10. 10 Problemas educativos xxx La educación en valores y qué relación
guarda con el desarrollo La educación en valores es un proceso sistémico,
pluridimensional, intencional e integrado que garantiza la formación y el
desarrollo de la personalidad consciente. Por lo que la educación en valores y
la relación con el desarrollo tiene en la actualidad adquiere relevante
importancia para la sociedad, debido a los cambios y transformaciones que en
los ámbitos social, económico y cultural se han venido presentando y que
representan ante los ojos del mundo, más bien una desvalorización cívica y
moral, es una exigencia que la sociedad demanda a la educación
institucionalizada más como un deber que como una necesidad. La inevitable y ya
tan avanzada globalización, pone al descubierto la incapacidad del ser humano de
convivir armónicamente y practicar valores esenciales para tal hecho, tales
como la tolerancia, la democracia, el respeto, por mencionar algunos que a su
vez, y en sus diversas manifestaciones, implica el riesgo de perder la
identidad cultural que en muchas regiones, se ha tratado de cuidar y preservar
transmitiéndola de generación en generación. Las necesidades sociales,
económicas e incluso históricas del hombre han trascendido la cultura; la
transculturación regional, acontecida paso a paso a través del tiempo o la
aculturación producida a veces de manera repentina, apoyada por ejemplo, por
diversos elementos tecnológicos actuales, son inevitables e inducen a una
contrariedad, primero al perder la identidad o desconocerla, y después, al
discriminar mediante el racismo y rechazar la pluralidad y diversidad cultural
imperante en muchos países del mundo actual. La convivencia armónica no es el
único problema para la sociedad de nuestros tiempos, ya que existe, tras la
actividad irresponsable o negligente del hombre, como muchos aseguran, una
crisis ambiental, que aunada a la económica, y a la cada vez más expuesta a
crisis de derechos humanos en el mundo, propicia y pone de manifiesto la
necesidad urgente de replantear la educación a nivel mundial desde el tono de
lo afectivo, desde el ámbito actitudinal, es decir, desde la perspectiva moral
o ética. Sin embargo, la formación valoral o educación en valores no es algo
que podamos llamar nuevo en la educación institucionalizada, ya que, si bien
desde antaño se le ha considerado como algo exclusivo o perteneciente a la
familia o la educación no formal, también es cierto que la educación
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11. 11 Problemas educativos xxx integral del individuo la incluye y
pertenece por lo tanto, connaturalmente, a uno de los principales propósitos de
los sistemas educativos pasados y contemporáneos. Por lo tanto, analizando
desde una visión intrínseca lo qué es educar y lo que es un valor, “la
educación siempre se dirige hacia algo valioso, y no se puede educar sin
valorar” (Schmelkes, 2004, p.73). “Los fines de la educación son valores en sí
mismos” (Schmelkes, 2004, p.74). Sin embargo, la teoría educativa en la
práctica pedagógica no alcanza una definición o campo verdaderamente científico
como base confiable para llevar a cabo una eficiente formación valoral, además,
la eficacia educativa, hasta ahora, se ha evaluado y medido a través de
instrumentos que no toman en cuenta los rasgos de tipo moral o ético, es decir,
el ámbito cognoscitivo es el principal elemento de referencia para demostrar si
la educación de los alumnos va por buen camino. Un valor, sin importar si lo
adoptamos para su análisis desde la teoría económica o la teoría social,
implica siempre una percepción personal y los conceptos como necesidad, bien,
carencia, fin, satisfacción, etc., complementan esa percepción. Es sin duda la
convicción de que hace falta lo que mueve a practicar los valores o promoverlos
y el nivel de subjetividad en la apreciación los hace más complejos de abordar
en la práctica educativa. La educación en valores atiende a requerimientos
sociales, pero también determina la ideología de un pueblo, si asumimos, desde
la perspectiva de la sociología de la educación, que ésta última transmite los
valores que conforman una sociedad, entonces, ¿cuál es la creciente y urgente
necesidad de adaptarlos a la práctica educativa? Sin duda, ha sido insuficiente
la propuesta pedagógica en cuanto a la educación en valores. El desarrollo de
la humanidad, desde la óptica actual, requiere una participación activa del hombre,
comprometida moralmente con los valores esenciales para la supervivencia
social, dando solución a los problemas que derivan de la acción humana y que
van en detrimento de la calidad de vida de los hombres y mujeres. En este
sentido, es necesario que la formación valoral en la escuela vaya más allá de
un programa de valores anexo a las materias de estudio; lo que se pretende es
educar tales materias con fundamento en los valores que a cada una se le pueden
atribuir. La UNESCO, en el Foro Mundial sobre la Educación (2000), adoptó
medidas apremiantes ante la necesidad de corregir deficiencias que empezaron a
devaluar el desarrollo del planeta y, por lo
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12. 12 Problemas educativos xxx tanto, de la humanidad; entre sus
principales premisas tales como: educación para todos, equidad de género en la
educación, educación para la democracia y la paz y más urgentemente, educación
para un desarrollo sustentable, ha promovido acciones encaminadas a la
transmisión de valores en las escuelas con principios orientadores de manera
explícita en distintos documentos para apoyar este enfoque de la formación de
valores, lo cual ha venido desarrollando propuestas de los teóricos e
investigadores de la educación que implican la transformación de los programas
educativos que incluyan una educación en valores, pero sobretodo, que ésta
pueda influir de manera determinante en la mejora de las condiciones de vida de
la sociedad. Se debe entonces, que los profesionales de la educación, se tengan
claros los objetivos de transformar nuestras acciones hacia una sociedad
tolerante y plural y formar personas con un compromiso moral para que sean
competentes integralmente y no sólo para cumplir requisitos de tipo científico
e instrumental (OEI, 2001). La educación en valores como proceso sistémico: En
base a una necesidad social, la educación en valores surge dentro de las
cuestiones éticas y morales que las sociedades han delegado primordialmente a
instituciones familiares o religiosas pero, esa misma necesidad la hace
recurrir ahora a instituciones más formales y también éticamente aceptables
como lo es la escuela. Es aquí donde la educación en valores adquiere
formalmente un carácter sistémico inherente al sistema educativo del cual forma
parte. Sin embargo, de acuerdo a Martínez (2000), la educación en valores tiene
dimensiones de tipo racional, emocional y volitiva, y debe formar parte de un
proyecto educativo que implique un verdadero compromiso moral de todos los
involucrados en el mismo. Tal proyecto, alude implicaciones socio-culturales y
de un contexto determinado, lo cual hará que responda verdaderamente a sus
propósitos. Siguiendo con el argumento de Martínez (2000), en el acontecer
cotidiano del hombre, el progreso científico y tecnológico trae consigo
problemas sociales cuya solución poco tienen que ver con la ciencia o la
tecnología sino que se derivan de las mismas, transformadas en exclusión
social, pobreza, guerra, discriminación, etc.; el desarrollo humano, entendido
como el avance y perfeccionamiento de todo tipo de prácticas, conlleva una
serie de dilemas morales y éticos que precisan una educación valoral verdadera
y eficaz. Esta educación, es imprescindible en tanto que
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13. 13 Problemas educativos xxx está destinada a cubrir necesidades
primordiales para que la sociedad, formada moralmente, pueda responder a sus
propias demandas. La educación en valores como proceso pluridimensional La
educación en valores como una verdadera conciencia ética que implica el
desarrollo moral y el desarrollo de la personalidad como teorías consustanciales
de las que no puede prescindir. En tanto que va inmersa en la formación
integral del individuo, la educación en valores no sólo transfiere o transmite
valores, sino que promueve el razonamiento, la acción y la competencia humanas
para la resolución de todo tipo de problemas, es decir, no se encauza
exclusivamente a una materia de estudio sino que potencia el desarrollo moral
que propicia las acciones más adecuadas y socialmente válidas de los
individuos. Los factores que inciden en la buena aplicación de la educación en
valores y sobre los que descansan sus propósitos suelen variar en tanto a:
contexto histórico, necesidades sociales, proyecto e identidad nacional, orden
social, juicio moral, proyecto educativo, etc. La búsqueda y el rescate de valores
gira en torno a ello; los valores universales son sin duda importantes pero,
aquellos promovidos por cada sociedad en específico, son los que darán sustento
a la validación social de la educación en valores. La educación en valores como
proceso intencional e integrado que garantiza la formación y el desarrollo de
la personalidad consciente La educación en valores se encuentra estrechamente
ligada al desarrollo socio-cognitivo del ser humano. De acuerdo a los estudios
de Buxarrais, Martínez, Puig, & Trilla (1999), los preceptos morales del
individuo están determinados por las relaciones sociales en las cuales se ve
inmerso. El dominio social depende del contexto, no precisamente de las
instituciones, por lo tanto, el dominio moral, se desarrolla de acuerdo a un
carácter prescriptivo de su comportamiento determinado mediante la propia
experiencia. La responsabilidad que el hombre tiene ante sus semejantes y ante
su medio, lo hace protagonista de su propio desarrollo; de ésta manera, los
valores constituyen un elemento fundamental que, sin duda, debe adquirir en sus
primeros años como una enseñanza externa,
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