Por Gustavo Cardoso Subieta.-
Silvia De los Santos Esquivel 3B
Cada minuto se consume en el mundo, un millón de bolsas plásticas causando un impacto ambiental no cuantificado. El mar se ha inundado de estos desechos, cubriendo miles de kilómetros de su fondo, atacando a los corales y arrecifes, puesto que les impide su normal desarrollo. Los ríos del Amazonas las arrastran con sus aguas, dejando en su camino similares daños a la biodiversidad, y confluyendo en el Atlántico.
En las ciudades de todo el mundo, las ofertas, en su mayoría vienen envueltas en plásticos, que ya de antemano han significado el uso de recursos naturales para su producción, incluyendo los derivados del petróleo, pero a su vez, la impresión de publicidad que adiciona más contaminación; aunque paradójicamente el uso promedio que les damos no sobrepasa los 20 minutos, mostrándonos un verdadero e inadmisible derroche de energía. Comparativamente muchos plásticos pueden permanecer estables por 400 años antes de su degradación.
Su uso inadecuado, entonces, ha aumentado el efecto contaminante, en conjunción con otros elementos de nuestra cotidianidad. En lo particular las bolsas plásticas se dispersan en campos y sembradíos, en algunos lugares se han convertido en parte del paisaje; quedan atrapadas en las malezas, en riberas de ríos y afluentes. En las ciudades obstruyen desagües y canales, provocando filtraciones y debilitando terrenos. Atrapan animales asfixiándolos. Otros al tragarlas obstruyen sus intestinos y muriendo por hemorragias e inanición, rompiendo por ende la cadena alimenticia, y, entre otros efectos un porcentaje es incinerado expulsando tóxicos y venenos al aire.
Ante este panorama, y la falta de normativa al respecto, requiere acciones individuales, a saberse:
La mejor opción, reduzcamos el consumo de bolsas plásticas, como parte de nuestros hábitos.
Cada minuto se consume en el mundo, un millón de bolsas plásticas causando un impacto ambiental no cuantificado. El mar se ha inundado de estos desechos, cubriendo miles de kilómetros de su fondo, atacando a los corales y arrecifes, puesto que les impide su normal desarrollo. Los ríos del Amazonas las arrastran con sus aguas, dejando en su camino similares daños a la biodiversidad, y confluyendo en el Atlántico.
En las ciudades de todo el mundo, las ofertas, en su mayoría vienen envueltas en plásticos, que ya de antemano han significado el uso de recursos naturales para su producción, incluyendo los derivados del petróleo, pero a su vez, la impresión de publicidad que adiciona más contaminación; aunque paradójicamente el uso promedio que les damos no sobrepasa los 20 minutos, mostrándonos un verdadero e inadmisible derroche de energía. Comparativamente muchos plásticos pueden permanecer estables por 400 años antes de su degradación.
Su uso inadecuado, entonces, ha aumentado el efecto contaminante, en conjunción con otros elementos de nuestra cotidianidad. En lo particular las bolsas plásticas se dispersan en campos y sembradíos, en algunos lugares se han convertido en parte del paisaje; quedan atrapadas en las malezas, en riberas de ríos y afluentes. En las ciudades obstruyen desagües y canales, provocando filtraciones y debilitando terrenos. Atrapan animales asfixiándolos. Otros al tragarlas obstruyen sus intestinos y muriendo por hemorragias e inanición, rompiendo por ende la cadena alimenticia, y, entre otros efectos un porcentaje es incinerado expulsando tóxicos y venenos al aire.
Ante este panorama, y la falta de normativa al respecto, requiere acciones individuales, a saberse:
La mejor opción, reduzcamos el consumo de bolsas plásticas, como parte de nuestros hábitos.
Si bien, y dependiendo de los países,
hay un porcentaje de bolsas plásticas que se reciclan, un porcentaje
considerable se convierte en basura, por lo tanto, reutilice aquellas que tenga
en su casa.
Utilice bolsas de tela, canastas o
canastillas fabricadas con elementos biodegradables.
Mantenga bolsas permanentemente que le
servirán para hacer sus compras una y otra vez.
No acepte bolsas pequeñas, porque por
su cualidad son las que más rápido terminan en nuestros depósitos de basura.
Hable con los cajeros, vendedores,
tenderos, empleados de supermercados, etc. sobre este problema, incentivándolos
para que sean portavoces del mensaje de la contaminación por plásticos.
Evite el uso de varias bolsas plásticas
en sus compras.
Reutilícelas para depositar su basura.
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