2do Grado. (Cuento de “El regalo del conejito
pobre”)
Generosidad.
Hubo una vez en un lugar una época de
muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba
triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con
varias ramitas."Son
mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El conejito
se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en darles buen
uso.
Al volver a casa, encontró una ovejita muy
viejita y pobre que casi no podía caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito
no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas.
Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo
todo, así que sacó una ramita del saco y se la dió a la oveja. Al instante, la
rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejito siguió contrariado
y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero
que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego
y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las
ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dio a él.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dio a él.
En ese momento apareció el mago con gran
estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es lo que
has hecho con ellas? El conejito se asustó y comenzó a excusarse,
pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas? ¡Pues sal
fuera y mira lo que has hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para
descubrir que a partir de sus ramitas, ¡¡todos los campos de alrededor se
habían convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos
los animales!!
Y el
conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su
generosidad hubiera devuelto la alegría a todos.
Me parece muy buena opción la que propones Daril, ya que a los alumnos de esa edad les encanta escuchar cuentos y de esa manera el aprendizaje es más significativo.
ResponderEliminarAsi es Celeste. Por medio de los cuentos desarrollas la imaginacion de los alumnos y si aumentas una estrategia más como: dejarlos que se acuesten y pongan cómodos y cierren los ojos, se transportan a un mundo de tanta imaginación que los conejos de cada uno pueden ser diferentes, campos de igual forma y granos de diferentes tamaños, no sabes las sorpresas que te llevas.
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