LA
LINGÜÍSTICA
La lingüística es el estudio
científico tanto
de la estructura de las lenguas
naturales como
del conocimiento que los hablantes poseen de ellas. La palabra «lingüista» se
encuentra por primera vez en la página 1 del tomo I de la obra Choix des poésies des troubadours escrita en 1816 por Raynouard. La palabra «lingüística» aparece por primera vez
en 1883. No obstante, no fue hasta el Cours de linguistique générale, atribuido a Ferdinand de Saussure, cuando se le brindó a esta ciencia su registro
civil de nacimiento.
Introducción
El objetivo de la
lingüística teórica es la construcción de una teoría general de la estructura
de la lengua y el sistema cognitivo que las hace posibles. El objetivo es tanto
la descripción de las lenguas en sí mismas como caracterizar el conocimiento tácito
que los hablantes tienen de las mismas y como lo adquieren. El objetivo de la lingüística aplicada es
el estudio de la adquisición del
lenguaje y el estudio científico de la lengua a una variedad de
tareas básicas como la elaboración de métodos mejorados de enseñanza de idiomas.
Existe un considerable debate sobre si la lingüística es una ciencia social, ya que sólo los seres humanos
usan las lenguas, o una ciencia natural porque, aunque es usada
por los seres humanos, la intención de los hablantes no desempeña un papel importante
en la evolución histórica de
las lenguas ya que usan las estructuras lingüísticas de manera inconsciente. En
particular, Noam Chomsky señala que la lingüística debe ser considerada parte
del ámbito de la ciencia cognitiva o
la psicología humana, ya
que la lingüística tiene más que ver con el funcionamiento del cerebro humano y
su desarrollo evolutivo que
con la organización social o las instituciones, que son el objeto de estudio de
las ciencias sociales.
Para situar el ámbito
o el objetivo de una investigación lingüística, el campo puede dividirse en la
práctica según tres dicotomías importantes:
§ Lingüística
teórica frente a lingüística con fines prácticos, cuyas
diferencias se han señalado un poco más arriba.
§ Lingüística
sincrónica frente a lingüística
diacrónica. Una descripción sincrónica de una lengua describe la
lengua tal y como es en un momento dado; una descripción diacrónica se ocupa
del desarrollo histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han
tenido lugar en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se interesó ante todo por el cambio lingüístico y
la evolución de las lenguas a través del tiempo, el enfoque moderno se centra
en explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en el tiempo y cómo los
hablantes son capaces de entenderlas y procesarlas mentalmente.
§ Microlingüística frente
a macrolingüística.
La primera se refiere a un más estrecho y el segundo a un más amplio punto de
vista en el ámbito de la lingüística. Desde el punto de vista microlingüístico,
las lenguas deben analizarse en provecho propio y sin referencia a su función
social, no a la manera en que son adquiridas por los niños, ni a los mecanismos
psicológicos que subyacen en la producción y en la recepción del habla, ni en
la función estética o comunicativa del lenguaje, etc. En contraste, la
macrolinguística abarca todos estos aspectos de la lengua. Varias áreas de la
macrolingüística han tenido un reconocimiento terminológico como, por ejemplo,
lapsicolingüística,
la sociolingüística,
la lingüística
antropológica, la dialectología, la lingüística
matemática, la lingüística computacional y
la estilística.
Historia
Lingüística precientífica
La ciencia que se ha constituido en torno de
los hechos del lenguaje ha pasado
por tres fases sucesivas antes de adoptar el enfoque moderno actual.
Se comenzó por
organizar lo que se llamaba la gramática. Este estudio, inaugurado por los
griegos y continuado especialmente por los franceses, estaba fundado en la
lógica y desprovisto de toda visión científica y desinteresada de la lengua
misma; lo que la gramática se proponía era únicamente dar reglas para
distinguir las formas correctas de las formas incorrectas; se trataba de una
disciplina normativa, muy alejada de la pura observación y su punto de vista
era, por lo tanto, necesariamente reducido.
Después apareció la filología. Ya en Alejandría existía una escuela
filológica, pero este término se asocia sobre todo con el movimiento científico
creado por Friedrich August Wolfa
partir de 1777, que continúa hasta nuestros días. La lengua no es el único
objeto de la filología, que quiere sobre todo fijar, interpretar, comentar los
textos. Este primer estudio lleva también a la historia literaria, de las
costumbres, de las instituciones, etc.; en todas partes usa el método que le es
propio, que es la crítica. Si aborda cuestiones lingüísticas, es sobre todo
para comparar textos de diferentes épocas, para determinar la lengua particular
de cada autor, para descifrar y explicar inscripciones redactadas en una lengua
arcaica u oscura. Sin duda estas investigaciones son las que se prepararon para
lingüística histórica: los trabajos de Ritschl sobre Plauto pueden ya llamarse lingüísticos, pero, en ese
terreno, la crítica filológica falla en un punto: en que se atiene demasiado
servilmente a la lengua escrita, y olvida la lengua viva. Por lo demás, la
antigüedad grecolatina es la que la absorbe casi por entero.
El tercer período
comenzó cuando se descubrió que las lenguas podían compararse entre sí. Este
fue el origen de la filología comparada o gramática comparativa.
En 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp estudió las relaciones que
unen el sánscrito con el
germánico, el griego, el latín, etc. y comprendió que las relaciones entre
lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta
escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y
fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se
preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal
operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método. (Fragmento
del capítulo I "Ojeada a la historia de la lingüística" de la
Introducción del Curso de lingüística general. Ferdinand de
Saussure)
Lingüística científica
La lingüística
moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos
como neogramáticos que,
gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas y
reconstruir una supuesta lengua original, el idioma proto-indoeuropeo.
Esto animó a los lingüistas tratar a crear una ciencia positiva en la que
incluso se llegó a hablar de leyes fonéticas para el cambio lingüístico.
No será, sin embargo,
hasta la publicación del Curso de lingüística general (1916),
compuesto por apuntes que alumnos tomaron en el curso dictado por el suizo Ferdinand de Saussure,
que se convierte la lingüística en una ciencia integrada a una disciplina más
amplia, lasemiología, que a su
vez forma parte de la psicología social,
y defina su objeto de estudio. La distinción entre lengua (el sistema) y habla
(el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han
sido fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin
embargo, su perspectiva —conocida como estructuralista y
que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesta en cuestión en el
momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y, por lo tanto, sus
limitaciones quedaban más de relieve.
Enfoques más recientes
En el siglo XX el
lingüista estadounidense Noam Chomsky creó la corriente conocida
como generativismo.
Con la idea de solventar las limitaciones explicativas de la perspectiva
estructuralista, se produjo un desplazamiento del centro de atención que pasó
de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la
lengua como proceso de la mente del hablante, la capacidad innata (genética)
para adquirir y usar una lengua, la competencia. Toda propuesta de
modelo lingüístico debe, pues —según la escuela generativista—, adecuarse al
problema global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el
realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha
descrito como una escuela mentalista o racionalista. En esta perspectiva la
lingüística es considerada como una parte de la psicología o más exactamente la ciencia cognitiva.
Tanto la escuela
chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y
explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas
por igual— con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es
conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las
escuelas tradicionales chomskiana y saussuriana reciben conjuntamente el nombre
de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los
cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje
no puede ser estudiado de forma autónoma descartando el "uso" del
lenguaje. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el
lingüista holandés Simon Dik, autor del
libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la
lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación
lingüística.
La escuela
generativista y la funcionalista han configurado el panorama de la lingüística
actual: de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes
de la lingüística contemporánea. Tanto el generativismo como el funcionalismo
persiguen explicar la naturaleza del lenguaje, no sólo la descripción de las
estructuras lingüísticas.
Niveles de estudio
Nos podemos aproximar
al estudio de la lengua en sus diferentes niveles, por un lado, como sistema,
atendiendo a las reglas que la configuran como código lingüístico, es decir, lo
que tradicionalmente se conoce como gramática y, por otro lado, como
instrumento para la interacción comunicativa, desde disciplinas como la pragmática y la lingüística textual.
Desde el punto de
vista de la lengua como sistema, los niveles de
indagación y formalización lingüísticas que convencionalmente se distinguen
son:
§ Nivel
fonético-fonológico que comprende:
§ Fonética: estudio de la realización alofónica
individual de dichos fonemas. Los fonos son sonidos del
habla, realizaciones diferenciadas de un mismo fonema.
§ Aunque no son campos
estrictamente lingüísticos, ya que intervienen factores culturales e históricos
también se suele considerar dentro de este nivel el estudio laGrafémica, la Ortología y
la Ortografía.
§ Nivel morfosintáctico
que comprende:
§ Morfología:
estudio de la mínima unidad con significado (el morfema), la palabra y los
mecanismos de formación y creación de palabras.
§ Sintaxis: estudio de la combinatoria
sintagmática, en dos niveles: el suboracional, que corresponde al propio de los
llamados sintagmas, y el oracional que estudia las
relaciones específicas sintagmáticas de los signos lingüísticos que conforman,
a su vez, el signo lingüístico gramatical superior del sistema de la lengua.
§ Nivel léxico, que
comprende:
§ Lexicología: estudio de las palabras de una
lengua, su organización y sus significados.
§ Lexicografía: se ocupa de los principios
teóricos en que se basa la composición de diccionarios.
§ Nivel semántico, que,
aún no siendo propiamente un nivel, puesto que afecta a todos, excepto al fonético-fonológico,
(en realidad el fonológico si tiene contenido semántico, ver pares mínimos)
comprende:
§ Semántica:
estudio del significado de los signos lingüísticos.
Desde el punto de
vista del habla, como acción, se destaca:
§ Texto:
unidad superior de comunicación.
§ Pragmática: estudia la enunciación y el
enunciado, la deixis, las modalidades, los actos de habla, la presuposición, la
estructura informativa del enunciado, el análisis del discurso, el diálogo y la
lingüística textual.
Dependiendo del
enfoque, el método y los componentes de análisis varían, siendo distintos, por
poner un ejemplo, para la escuela generativista y para la escuela funcionalista; por tanto no todos estos
componentes son estudiados por ambas corrientes, sino que una se centra en
algunos de ellos, y la otra en otros. Del estudio teórico del lenguaje se
encarga la Lingüística general o
teoría de la lingüística, que se ocupa de métodos de investigación y de
cuestiones comunes a las diversas lenguas.
Escuelas lingüísticas
El tipo de problema
considerado central y más importante en cada etapa del estudio de la
lingüística moderna ha ido cambiando desde la lingüística histórica (nacida
de los estudios de las etimologías y la filología comparativa)
hasta el estudio de la estructura sintáctica,
pasando por la dialectología, la sociolingüística. La siguiente lista enumera
algunas de las principales escuelas en orden cronológico de aparición:
§ Neogramáticos (s. XIX)
§ Estructuralismo (primera
mitad s. XX)
§ Estructuralismo
lingüístico (Leonard Bloomfield, Bernard
Bloch, Zellig Harris, Charles F. Hockett)
§ Gramática
generativa transformacional (Noam Chomsky) (segunda mitad s. XX)
Estudios
interdisciplinarios de la lingüística
Temas de estudio lingüístico
§ Hablantes
individuales, comunidades de hablantes y lingüística universal
§ Descripción y
prescripción
Centros de
investigación lingüística
§ CELIA Centre
d'Études des Langues Indigènes d'Amérique
§ CUSC - Centre
Universitari de Sociolingüística i Comunicació, Universitat de Barcelona, http://www.ub.edu/cusc
§ PROEL Promotora
Española de lingüística
§ SIL Summer Institute of Linguistics
Lingüistas destacados
Lenguas del mundo
Se conocen alrededor
de unas 6000 lenguas aunque el número de lenguas actualmente habladas es
difícil de precisar debido a varios factores:
§ En primer lugar, no
existe un criterio universal que permita decidir si dos hablas con cierto grado
de inteligibilidad mutua,
deben considerarse dialectos de un mismo idioma histórico o dos lenguas diferentes.
§ En segundo lugar,
existen áreas del planeta insuficientemente estudiadas como para precisar si
los grupos humanos presentes en ellas hablan realmente la misma o mismas
lenguas que otros grupos humanos más conocidos. Esto se aplica especialmente a Nueva Guinea; ciertas áreas del Amazonas donde existe constancia de más
de 40 tribus no contactadas; el sureste del Tíbet, oeste de Nepal y
norte de Birmania y una de las islas Andamán.
§ En tercer lugar, de
tanto en tanto se descubren hablantes de una alguna lengua que se presuponía
extinta, y que son capaces de emplearla en su vida cotidiana.
A pesar del elevado
número de lenguas mutuamente ininteligibles, la lingüística histórica ha
podido establecer que todas esas lenguas se pueden agrupar en un número mucho
más reducido de familias de lenguas,
derivando cada una de estas lenguas de una protolenguao lengua madre de la familia. Ese
hecho sirve habitualmente de base para la clasificación filogenética de las lenguas
del mundo. Además de ese tipo de clasificación, también se pueden hacer
diversos tipos de clasificación
tipológica, referidas al tipo de estructuras presentes en una lengua
más que a su origen histórico o su parentesco con otras lenguas.
Distribución geográfica
La distribución de las lenguas por
continentes es muy desigual, Asia y África tienen cerca de 1900 lenguas cada
uno por lo que cada uno de esos continentes contiene un 32% de la diversidad
lingüística total del planeta, mientras que Europa tiene sólo un 3% de las lenguas del planeta,
siendo el continente con menor diversidad lingüística. En América existen
alrededor de 900 lenguas indígenas (15% de las lenguas del planeta) y en
Oceanía y las regiones adyacentes unas 1100 (18%).3
La región
lingüísticamente más diversa del planeta es Nueva Guinea y la menos diversa es
Europa. En la primera región hasta el siglo XX poco no existió ninguna entidad
estatal, mientras que en Europa la existencia desde antiguo de grandes estados
restringió la diversidad cultural produciéndose un efecto uniformizador en la
diversidad lingüística importante.
Lenguas por número de
hablantes
Las lenguas del mundo
presentan una gran dispersión en cuanto al número de hablantes. De hecho unas
pocas lenguas mayoritarias concentran la mayoría de hablantes de la población
mundial. Así, las 20 lenguas más habladas, que suponen alrededor de un 0,3% de
las lenguas del mundo, concentran casi el 50% de la población mundial, en
número de hablantes, mientras que el 10% de las lenguas menos habladas apenas
concentran al 0,10% de la población mundial. Y aunque el número medio de
hablantes de una lengua terrestre está en torno a 1 millón de hablantes, el
95,2% de las lenguas del mundo tienen menos de 1 millón de hablantes. Esto
significa que las lenguas más habladas acumulan un número de hablantes
desproporcionadamente alto y por eso la media anterior es engañosa respecto a
la distribución.
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